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La conspiración permanente

Los sectores políticos tradicionales que durante muchos años se alternaron en el disfrute del poder en Bolivia, no parecen dispuestos a permitir que Evo Morales pueda gobernar, a pesar de haber ganado la presidencia con más votos que todos los partidos opositores juntos.
En Santa Cruz de la Sierra, la zona más rica y desarrollada del país, la clase dirigente sigue empeñada en boicotear el proyecto presidencial de reformar la Constitución para construir un país más justo e inclusivo, donde haya mayor igualdad de participación y de desarrollo de los ciudadanos. Los “cambas”, como se conoce a los habitantes de Santa Cruz, son alentados por los dirigentes propietarios de empresas o de latifundios agrícolas para sostener una autonomía que los libere de cumplir los compromisos a los que se pudiera llegar en la Asamblea Constituyente. En ese empeño, cuentan con la simpatía y muy posiblemente el apoyo encubierto de las grandes empresas transnacionales que se beneficiaban de una legislación laxa y permisiva, que les permitía no sólo grandes ganancias, sino la posibilidad de exportarlas a su matriz de origen, sin compromisos serios de reinversión. También las gerencias de estas empresas añoran “los viejos tiempos”, donde todo se arreglaba con una buena comida y acuerdos de trastienda donde “ganaban todos”. Me explico, todos los que estaban sentados en la mesa: los negociadores de las empresas y los ministros o funcionarios que se convertían en sus testaferros “nacionales”. Y había un único perdedor: el pueblo boliviano.

Violencia explícita
y violencia encubierta
La ocupación del aeropuerto de Viru-Viru por los partidarios de la autonomía santacruceña, fue un desafío abierto y una provocación manifiesta al gobierno boliviano. Esa “pueblada” dirigida por los sectores empresariales de Santa Cruz, fue explicada como “el deseo de los santacruceños de recuperar la soberanía sobre ese aeropuerto”.
El gobierno respondió con una intervención de personal de la Fuerza Aérea y la declaración de que se investigaban negocios turbios por parte de los administradores del aeropuerto que tiene categoría de “internacional”. Finalmente, y para evitar un choque con civiles, el gobierno dispuso retirar nuevamente al personal militar, con lo cual Viru-Viru quedó nuevamente en manos de los sectores próximos a la Unión Cívica Cruceña, una especie de fuerza de choque fascistoide montada por los dirigentes departamentales.
Además de esta forma explícita de violencia, se sumaron en las últimas horas dos atentados dinamiteros: uno contra la sede diplomática venezolana en Santa Cruz, y el otro en una casa donde residen médicos cubanos que participan del programa de asistencia sanitaria firmado entre los gobiernos de La Paz y La Habana. Estos actos terroristas fueron denunciados por Evo Morales como una escalada en la violencia de sectores opositores que pretenden desestabilizar el país e impedir los cambios.
El ex presidente Jorge Quiroga, jefe de una alianza opositora denominada Poder Democrático y Social (PODEMOS), intentó argumentar que las bombas fueron un “autoatentado”. Pero su denuncia fue meramente retórica, porque no presentó prueba alguna que confirmara su versión.
Nada de lo que sucede es una sorpresa. El propio Evo Morales cuando asumió advirtió que el camino elegido democráticamente por el pueblo boliviano no sería fácil. Que los sectores desplazados representaban poderosos intereses de poder político y económico que no se resignarían fácilmente a ocupar el lugar que el voto popular les asignaba. En esos términos se plantean estas situaciones tensas y rupturistas, donde la oposición se limita a encrespar las cuestiones sociales que impliquen cualquier tipo de confrontación.
El paso siguiente es tratar de arrojar gasolina sobre el más mínimo foco de fuego. Cualquier medio les parece legítimo para bloquear un proceso de cambio que pueda consolidar el importante avance popular que representó la victoria del MAS, Movimiento al Socialismo, y la elección del primer presidente indígena de Bolivia.

Por Carlos Iaquinandi, Agencia SERPAL, Servicio de Prensa Alternativa. www.serpal.info

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2007-10-27 00:00:00
Etiquetas: Internacionales.
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