Oficialismo y oposición festejaron el resultado de las elecciones. Y no es que unos y otros manejen distintas cifras y datos. Ocurre que para el Partido Socialista Unido de Venezuela, su debut electoral fue más que satisfactorio, al conseguir la victoria en 17 de los 22 estados del país, resultados que colocan a esta nueva estructura política que es el andamiaje político de Hugo Chávez, como la primera fuerza electoral de Venezuela. A su vez, la oposición consiguió retener el estado de Zulia, el más importante por su economía y desarrollo, y también Nueva Esparta. Venció además en Táchira, Carabobo y en la alcaldía de Caracas
La oposición, compuesta por un conglomerado heterogéneo donde conviven partidos tradicionales con izquierdistas disidentes del chavismo también venció en el estado de Miranda, donde Enrique Capriles Radonski, frustró el intento de reelección de Diosdado Cabello, una figura destacada del oficialismo. Caracas, la capital, será una plaza fuerte de la oposición, ya que controlará la Alcaldía Mayor y cuatro de las cinco municipalidades en las que se divide la ciudad. Entre los derrotados, dos ex ministros del gobierno: Aristóbulo Istúriz, y Jesse Chacón, que perdió en Sucre, una zona popular de Caracas. Pero hay que recordar que la oposición confiaba obtener la victoria en al menos diez regiones del país.
Por su parte el gobierno, al considerar los resultados globales, los estima satisfactorios, al valorar que el partido formado por los movimientos y corrientes que responden a Chávez y a su proyecto de Revolución Bolivariana es la primera fuerza política. También analizan que los “disidentes” no constituyen -como temían- una pérdida electoral significativa. Adán Chávez, hermano del presidente, logró vencer en el estado de Barinas -tierra natal de ambos-. Y aquí la victoria fue precisamente frente a un candidato que se apartó del chavismo, y que en este caso tenía el apoyo de la oposición. En Guárico, el ex ministro de Información, William Lara, logró derrotar a la hija del actual gobernador, ahora disidente del oficialismo. Y el Partido Socialista Unido de Venezuela, PSUV, logró recuperar Sucre y Aragua, dos estados que estaban en manos de Podemos, partido que fue la primera escisión del chavismo, el año pasado.

Baja la tensión preelectoral
Pero además de coincidir en la satisfacción por los resultados, gobierno y oposición también han rebajado la virulencia de sus discursos. Chávez apareció medido en su valoración, aunque como era previsible resumió que los resultados confirman que el pueblo venezolano ratificó su apoyo al rumbo de la “revolución bolivariana”.
El opositor Enrique Capriles, vencedor en la estratégica región metropolitana de Miranda, pidió a un ministro de Chávez que transmitiera al presidente su intención de trabajar conjuntamente. Señalado por Chávez como “golpista” en el intento de abril del 2002, Capriles se esforzó en aclarar que “ni entonces ni después he dicho que en Venezuela hay una dictadura con Chávez”. Es necesario tener en cuenta que ésta fue la primera elección en el que el oficialismo se presentó en solitario y no en coalición con otros partidos de izquierda, que en algunos estados conformaron candidatura opositora. Y así todo, obtuvo un 1.300.000 votos más que en el referéndum del año pasado, mientras que globalmente la oposición ha perdido unos 300.000.
Otro apunte significativo que parece consolidar el nuevo sistema venezolano, es la afluencia récord de ciudadanos a las urnas. La participación en estas elecciones ha sido catalogada de histórica, no sólo por el Consejo Nacional Electoral (CNE) sino también por la opinión pública nacional. De los casi 17 millones de venezolanos convocados para emitir su voto, lo hicieron poco más de 11 millones, lo que significa una participación sin precedentes de más del 65%. La impresión es que el sistema bolivariano se institucionaliza y que a pesar de lo que suele expresar la formidable campaña mediática contra el chavismo, los principios democráticos y las posibilidades de la oposición política no difieren o incluso son superiores a los que existen en algunos países vecinos.

Por Carlos Iaquinandi, Agencia SERPAL, Servicio de Prensa Alternativa. www.serpal.info