El referéndum revocatorio confirmó la voluntad mayoritaria del pueblo boliviano en apoyo del proceso de cambios liderado por el presidente Evo Morales. Las cifras del primer recuento le adjudican el 63 por ciento al “Sí”. En diciembre del 2005, cuando fue electo presidente, había obtenido el 53,74 por ciento de los votos. Tras dos años y medio de gobierno, Evo Morales no solo no disminuyó sino que aumentó considerablemente su base de apoyo social. Tal como se preveía, los prefectos de la llamada “Media Luna” que comprende a los departamentos controlados por la oposición, también lograron su ratificación por amplio margen de votos. La excepción fue el ex militar Manfred Reyes Villa, en Cochabamba, que sufrió una aplastante derrota. A pesar de haber sido desde la oposición uno de los impulsores del revocatorio, tras su derrota desconoció la validez del proceso e intenta aferrarse a su cargo. Otro prefecto derrotado es el opositor José Luis Paredes, de La Paz, quien a pesar de ganar en la capital perdió abrumadoramente en la populosa región de El Alto (donde viven más de un millón de paceños) y también en las zonas rurales. Paredes aceptó la derrota. El restante prefecto que no revalidó su cargo es el masista Luis Alberto Aguilar, en Oruro, que no llegó al 50 por ciento de votos a favor. Conforme la ley, los tres deberán dejar sus cargos a un reemplazante provisional, hasta que se convoque la elección del sucesor mediante el sufragio universal.

Llamado a la unidad nacional
Horas más tarde y a pesar de confirmarse su amplia victoria en las urnas, Evo Morales hizo un llamamiento a la unidad nacional para salir de la prolongada crisis planteada por los sectores opositores que se resisten a los cambios votados mayoritariamente por la población boliviana. El presidente interpretó – como la mayoría de los observadores- que la sociedad boliviana quiere un diálogo y un acuerdo y rechaza posiciones intransigentes. Y en esa línea se mostró reflexivo y prudente. Pero advirtió que no renuncia a las transformaciones que constituyen un mandato popular, entre las cuales figuran la recuperación de los recursos nacionales, la de dignificar y otorgar sus derechos a los indígenas y campesinos; o la de avanzar en justicia social y erradicar la pobreza. Dijo que respetará las autonomías, “pero las autonomías de los pueblos, no las de un puñado de familias”. Incluso propuso buscar fórmulas para ensamblar las autonomías proclamadas por algunas regiones con la nueva constitución aprobada por la Constituyente. El prefecto de Santa Cruz que encabeza el movimiento que pretende desplazar a Evo Morales no parece dispuesto a diálogo alguno, y en su discurso tras obtener la ratificación de su mandato departamental, siguió alentando la división y el enfrentamiento.
Al momento de cerrar esta edición, el escrutinio definitivo otorgaba a Evo Morales un respaldo de casi el 67%.

Por Carlos Iaquinandi, Agencia SERPAL, Servicio de Prensa Alternativa. www.serpal.info