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El precio del mañana
La famosa frase afirma que el tiempo es oro -o dinero en su versión anglosajona-, pero ¿qué pasaría si realmente el tiempo se convirtiera en el tipo de cambio global?
Categoría: Cine

La famosa
frase afirma que el tiempo es oro -o dinero en su versión anglosajona-, pero
¿qué pasaría si realmente el tiempo se convirtiera en el tipo de cambio global?

El director y guionista neozelandés Andrew Niccol usó esa premisa en este nuevo
film de ciencia ficción con muchos puntos de contacto con Gattaca (1997), su opera prima.
En un futuro relativamente cercano la genética logra detener el envejecimiento
y las enfermedades. Los humanos lucen jóvenes y no mueren a menos que tengan un
accidente, sean asesinados o… no tengan dinero para pagar sus cuentas.
Pero la superpoblación debe evitarse y después de los 25 años se activa un
temporizador, artilugio implantado en uno de los brazos con el que se cobra, se
paga y se sabe exactamente cuanto tiempo resta de vida.
Will Salas es un joven de 28 años de una zona pobre, donde vivir al día no es
una metáfora, sino andar con unas pocas horas de saldo antes del final. Está
acostumbrado a ello, pero un par de muertes cercanas lo impulsan a rebelarse
contra la injusticia de ese sistema asesino, junto a la bella y hastiada Sylvia.
Acción e intriga al servicio de una alegoría sobre las finanzas actuales y sus víctimas.

Niccol ha preferido una estética despojada -o no ha tenido más remedio que
atenerse al presupuesto de 40 millones, relativamente bajo para la industria “americana”-,
que remite a los años setenta y usar pocos efectos especiales, como el del timer
de grandes números verdes que brilla en cada brazo.
La inversión mayor parece haber sido en el joven elenco con muchos rostros
reconocibles, encabezado por Justin Timberlake y Amanda Seyfried, ascendientes
por mérito propio.
Pero luego de la primera media hora introductoria, la tensión decae por difusa -¿X
correrá lo suficientemente rápido para “cargarse” antes de caer muerto en el
intento?-, por dejar demasiados hilos sueltos en la trama -todo lo referido al
padre y la destreza con las armas del protagonista o los personajes del ghetto-
que hace que el final a lo Bonnie and
Clyde
(Arthur Penn; 1967) retrofuturista parezca descolgado.
Una idea atractiva, desperdiciada en una realización mediocre.

Título original: In Time
Dirección y guión: Andrew Niccol
Fotografía: Roger Deakins
Música: Craig Armstrong
Origen: USA –
2011
Intérpretes: Justin Timberlake, Amanda Seyfried, Cillian Murphy
Calificación: Sólo apta para mayores de 16 años.



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2011-12-12 10:05:00
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