Un
nuevo acto se realizó en el ex centro clandestino de detención bahiense, a 36
años del golpe cívico militar del 24 de marzo de 1976.

Para el que concurrió por primera vez a La Escuelita, tal vez le tocó
vivir lo que comúnmente ocurre en un momento de esos, es decir una invasión de
emoción y tristeza al saber que allí mismos se ejecutaron torturas, secuestros
y asesinatos.
Pero para que el que cada 24 de marzo, suele ir a La Escuelita, seguramente, la
sensación fue distinta. Es que Bahía Blanca se encuentra en un momento único e
histórico porque se está cerca de condenar a los responsables de tanta muerte,
justamente en terrenos del ejército.
Y ya al entrar el sabor es diferente, porque ahora La Escuelita está señalizada
y se convirtió en un símbolo bien identificado de todo lo que allí pasó y que
ya está visible para la sociedad bahiense.
Entrar hoy a esas dependencias del Ejército, con el simbolismo descripto y con
la cercanía de las condenas y de los juicios que van a venir, hace que el lugar
pase de convertirse en un escenario del terror a un lugar que los familiares de
las víctimas y todos aquellos que luchan por la verdad y la justicia, lo tomen
como propio. Ya no es más La Escuelita del miedo y el horror, ahora es La
Escuelita de la Memoria y pertenece a todos y todas.
Fue distinto también el acto en conmemoración de los 36 años del golpe cívico
militar ya que se realizó a muy pocos metros de la tranquera de entrada. Es que
cerca de allí, a la izquierda, está señalizado el lugar donde exactamente
ocurrieron los secuestros, torturas y asesinatos. También allí puede verse el
gran árbol mencionado por varios testigos del juicio, al cual se ataba a las
victimas para azotarlas.
Más de doscientas personas concurrieron a La Escuelita y escucharon las muchas
adhesiones que llegan cada año para ese evento, los poemas en la voz de Mirta
Colangelo, los relatos de las abuelas relatoras, el discurso de Eduardo
Hidalgo, secretario general de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos,
y como cierre la voz de HIJOS Bahía Blanca.
En medio de todo ello, EcoDias recogió algunos testimonios como el de Walter
Larrea, abogado querellante en el juicio contra 17 represores: “Ciertamente es
un momento histórico, de honda trascendencia de lo que es el aspecto de la
justicia, de lo que es el aspecto político, de lo que es la recuperación y el
fortalecimiento de la memoria en pos de la verdad y la justicia. Y en este
sentido creo que hay que hacer un reconocimiento muy fuerte a la APDH Bahía
Blanca que año a año y en momentos a veces de soledad, siguieron manteniendo
este espacio, esta fecha, de modo inclaudicable. Y creo que ha sido gracias a
la lucha de los organismos y a la decisión política del actual y del anterior
gobierno, lo que ha permitido que hoy estemos en una etapa de juicio y castigo
a los culpables con la proximidad de una sentencia en el tramo de la causa 982
que se está llevando adelante, a muy corto plazo”.
Para Larrea, ese es el aspecto central a destacar en una fecha tan importante
como el 24 de marzo: “Hay que continuar y seguir apostando a la movilización, a
la lucha y a esta feliz decisión política de los tribunales y del poder
político y el poder judicial de avanzar, pese a lo que todavía constituye
serias trabas para el eficaz funcionamiento de la justicia, las trabas que se
ponen desde el sector corporativo de la ciudad, de todo tipo, pero creo que hoy
estamos bastante mejor que en otros años y eso en lo personal me reconforta y
me llena de satisfacción y de orgullo”.
Una presencia más que importante en el acto en La Escuelita fue la del fiscal
Abel Córdoba quien desempeña un gran papel en el juicio para llegar a la verdad
y la justicia. Córdoba fue destacado tanto en el discurso de Hidalgo como en el
relatado por integrantes de HIJOS Bahía Blanca: “Es un año muy especial
obviamente porque estamos muy cerca de completar el primer juicio oral que es
una de las cuentas pendientes a la vez de que va a tener un enorme significado
reparador para las víctimas y sus familiares” señaló Córdoba a EcoDias: “Es un
momento que ya marca una institucionalización o una fecha constante y que
empieza a tener ya esta fecha cierto valor cívico sumándose a otras fechas
patrias. Rescato ese valor cívico que empieza a ser percibido por una sociedad
que no siempre estuvo pero que ya va mostrando signos claros de que le interesa
consolidar este proceso que se va dando”.
El juicio ya se encuentra en su etapa final y, según Córdoba, en muy poco
tiempo se podría llegar a la sentencia: “Estimamos que en un mes y medio, dos,
el juicio estará ya terminado. Quedan algunos testigos más, luego los alegatos
y unas semanas que se tomarán los jueces para elaborar la sentencia pero
estamos muy cerca y también con la perspectiva de que no sea un hecho aislado
este primer juicio sino que en lo inmediato empezar las etapas siguientes tanto
de los juicios de Ejército como de Armada”.

Como enseñaron las madres
La parte final del acto quedó para el discurso de HIJOS Bahía Blanca. Anahí
Junquera fue la encargada de tomar el micrófono y leerlo.
Anahí destacó que no son familiares de víctimas a los que por fin les llega una
reparación legal, sino que “nosotros, los hijos, tenemos convicciones que son
las que nos llevan a no buscar nunca la venganza, sino siempre la justicia aún
cuando reinaba la total impunidad”. HIJOS, recordó a Ernesto Malisia, ya
fallecido, quien fuera uno e los impulsores en la ciudad en la búsqueda de
verdad y justicia. “Este nuevo aniversario del golpe de Estado del 24 de marzo
de 1976 nos encuentra con otra realidad, la realidad de tener 273 genocidas
condenados, casi 900 procesados, 105 nietos recuperados y muchísimos juicios
por delitos de lesa humanidad iniciados para seguir condenándolos. En Bahía
Blanca estamos transitando el primer juicio llevado a cabo en la ciudad. Los
juicios a los genocidas llegaron para quedarse, casi finalizando esta primera
parte del V Cuerpo, se espera el comienzo de la segunda etapa de procesados del
mismo V Cuerpo y también el juicio contra genocidas bajo el control operacional
de la Armada”.
En uno de los últimos tramos, Anahí afirmó: “El genocida Videla se encargó de
poner en claro que este gobierno era su peor enemigo y siendo que si el país
cambiara de rumbo, ellos no estarían presos. Esa es nuestra mayor certeza de
que estamos en el camino correcto y de que no vamos a dar ni un paso atrás como
nos enseñaron nuestras madres. Hoy los hijos decimos que a los genocidas los
juzga un tribunal pero los condenamos todos”.
Con un gran aplauso se cerró el acto en La Escuelita que esta vez fue
diferente. Seguramente el que viene lo será aún más ya que vendrá con parte de
la tarea cumplida: la condena a 17 represores.