“Desde el momento en que me hice cargo empecé a regularizar una situación que no estaba del todo clara y bueno, había algo. Yo se lo di en su momento al fiscal para que lo investigara y me dijera qué es lo que pasaba”, dijo Marcelo Caramelli, titular de la necrópolis.
Se refería a una denuncia radicada en la fiscalía del dr. Zorzano, “entre el 10 y 15 de diciembre, a quince días de haber asumido”.
Robo y comercialización de placas y albañiles que cobraban peaje para que otros puedan trabajar, serían algunos de los hechos investigados. “Yo hablé de ello, no en estos términos, sino de cosas que había que regularizar. No puede ser que haya nada más que diez o quince albañiles para trabajar y el contribuyente no pueda venir con su albañil mientras tenga los requisitos de ley. Y las cosas que pasaban con las placas: desaparecían a diario. Por eso yo siempre dije: ‘De noche no entra nadie a robar, esto es en el día’, y no había un control estricto de eso”, agregó el funcionario.
“Cuando tenemos que desafectar un cadáver y llevarlo al osario, todo eso que había arriba de la tumba, monumento y todas las placas, lo tenemos que llevar a un depósito, registrarlo, esperar los treinta días que nos dice la ordenanza, llamar al contribuyente intimándolo a que lo retire, y si no es así el mármol se destruye y las placas se donan a la Cooperadora del Hospital Municipal”, explicó y a su vez aclaró que si no se cumple este circuito “eso va desapareciendo… alguien tenía el dato de que eso estaba listo para sacar”.
Respecto de la relación de estas irregularidades con el atentado a las 241 tumbas, Caramelli reconoció que “no se qué pensar a esta altura de los acontecimientos, yo creo que sí” y aseguró no saber acerca del estado de las causas porque “el fiscal no me dio precisiones”.