Desde la UNS surgió un
programa de prevención y capacitación con apertura en las escuelas, que refiere
a aquellas enfermedades, como el Síndrome urémico Hemolítico, que tienen como
protagonistas a los animales y al ser humano.

El doctor Daniel Tanzola es zoólogo y doctor en Biología de la Universidad
Nacional del Sur y, junto a su colega Silvia Guagliardo, presentó un programa
titulado “La Zoonosis en el Medio Urbano”. Se trata de una iniciativa que
responde a aun abordaje áulico de las enfermedades transmitidas por animales
que, como en el caso del Síndrome Urémico Hemolítico (SUH), tienen cada vez más
presencia en nuestra sociedad.
La idea es llegar a docentes, investigadores y alumnos para crear un efecto
multiplicador en lo que refiere a la prevención de este tipo de problemáticas.
La propuesta, explicó el doctor Tanzola a EcoDias, de curso de capacitación
surge del, justamente, Programa de Capacitación Docente Gratuita que fue fruto
de la negociación entre el gremio docente y la UNS: “O sea fue una oferta que
se hizo con apertura no solamente a los docentes de escuelas secundarias y
universitarias de la UNS sino también con apertura para alumnos avanzados de
carreras afines y también a docentes de otras escuelas no pertenecientes a la
universidad”.
El proyecto tiene como premisa que las enfermedades infecciosas y parasitarias
se encuentran en el tercer puesto del ranking de las enfermedades a nivel
nacional que afectan a las personas, luego de las cardiovasculares y el cáncer,
como índices altos de mortalidad y morbilidad: “Tenemos también conciencia que
entre el 60 y el 70 por ciento de esas enfermedades infecciosas y parasitarias,
son de naturaleza zoonótica. Esto quiere decir que son compartidas entre los
animales y el ser humano. Uno de los ejemplos es el Síndrome Urémico Hemolítico
pero no es el único, la triquinosis es otro caso, la sitacosis, la brucelosis,
la hidatidosis, la enfermedad de Chagas, son todos ejemplos de enfermedades
zoonóticas”.
Por otro lado, la siguiente premisa reside en que todas estas enfermedades
tienen un punto en común, entre los más importantes, que refiere a que todas
tienen que ver con aspectos que hacen a la higiene de los alimentos y al
cuidado responsables de las mascotas “y que esos efectos deberían ser encarados
o abordados desde el punto de vista de la educación para la salud”.
Para la instrumentación de medidas de higiene, hay que pensar en pautas de
educación y en base a eso, en la escuela para luego pasar al ámbito familiar:
“Entonces consideramos que por un lado los y las docentes con sus alumnos son
fundamentales multiplicadores de salud. Allí está el núcleo de preparación de
la salud para que desde allí pueda llegar hacia sus respectivos domicilios”.
Las campañas de educación y prevención sabemos que existen, ahora bien, si no
hacemos caso o nosotros mismos no tomas las medidas como corresponde, el
problema va a seguir existiendo.
Lo que falta, agregó Tanzola, es una toma real de conciencia por parte de la
mayoría de las personas: “La situación se agrava porque normalmente es una
falta de cuidado, muchos sabemos que existe triquinosis en la Región Sanitaria
I que es la de Bahía Blanca y sin embargo tenemos el hábito de pensar o
tentarnos en comprar un producto chacinado que no tenga a la vista su
certificación de aptitud para el consumo. Entonces por un lado está la campaña
de prevención y por otro lado está la falta de conciencia en el momento de
decidir”.

El SUH y nuestras fallas
El curso está pensado para alcanzar todos los niveles de educación sin la
necesidad de que los destinatarios tengan conocimientos previos científicos o
técnicos de la temática: “Está dentro del rango de la divulgación y la
capacitación”
De todas las enfermedades mencionadas, EcoDias consultó a Tanzola sobre el SUH
teniendo en cuenta que es de las más conocidas por la gran cantidad de casos
que se repiten año tras año: “Es un tema muy delicado porque lamentablemente
Argentina y sobre todo la provincia de Buenos Aires es primera a nivel mundial
en la casuística, es realmente un tema muy delicado. Estamos teniendo
lamentablemente una estadística de casos que desde haces 20 años, los casos
reportados en el Hospital Penna, no los podemos bajar. Andamos entre más de
nueve casos por año, la mayoría de ellos aparece en la época de verano, entre
noviembre cuando empiezan los calores y la mayoría afectan a chicos de pequeña
edad”.
Cuando hablamos del SUH lo primero que se nos viene a la cabeza como fuente de
contagio es la hamburguesa o el consumo de carne cruda “porque la carne cruda
de origen bovino, cuando está picada y no alcanzó los 70 grados de cocción, o
sea cuando no está marrón adentro, está en riesgo de transmitir escherichia
coli que es justamente una de las cepas y que produce esta enfermedad que es
muy grave en los chicos menores de un año”.
Sin embargo, no es el único elemento en el que debemos reparar “porque si uno
se pone a pensar, un bebé de seis meses no come hamburguesas o carne picada en
una albóndiga, los problemas son otros y son de contaminación de alimentos por
ejemplo el agua, la leche o los productos lácteos. La escherichia coli es
resistente al frío, uno puede estar tranquilo de que la carne picada la dejó en
el freezer a menos 20 grados pero no destruye a la bacteria y sus toxinas. O
sea no tenemos que focalizarnos únicamente al tema de las hamburguesas, hay que
cocinar muy bien la carne pero también tener bien en cuenta la preservación de
la cadena de frío de los productos lácteos en verano, el consumo de agua
potable, el contagio en las fuentes de agua recreativa como los arroyos de aquí
de la zona donde se abreva el ganado”.
En ese sentido, donde veamos vacas tomando agua o con sus patas metidas en el
agua, esas vacas están defecando lo que produce un porcentaje muy importante,
sobre todo en nuestra provincia, de la presencia de bacterias:
“Casi una de cada dos vacas va a defecar escherichia coli en los cuerpos de
agua entonces estamos muy focalizados por las campañas de prevención en cocinar
bien la carne pero si a la tarde hace calor y me voy a bañar al agua del arroyo
que me parece cristalina, tomo agua del arroyo y trago bacterias”.

Si la pregunta es por qué se hace tanto hincapié en la prevención, una
respuesta está en el papel de los profesionales de Medicina que en muchos casos
avanzados se ven imposibilitados de dar vuelta la situación: “La comunidad
médica hace todo lo posible, cuando les llega el caso no es tarde en algunas
situaciones pero si podemos evitar llegar a esa situación mejor porque en
muchas circunstancias el profesional médico se encuentra desbordado porque el
SUH tiene su período de incubación como toda enfermedad infecciosa y está entre
3 a 9 días el promedio y quizás en algunas situaciones cuando el bebé llega
después de tres o cuatro días, deshidratado, con vómitos, con alta fiebre,
poder revertirlo para un profesional médico es todo un desafío”.