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Los riesgos del cáncer de mama
Categoría: Salud

La palabra cáncer constituye uno de los miedos más importantes en cuanto a la salud. Conceptos y recomendaciones respecto a esta tristemente famosa enfermedad.

Dentro de las enfermedades existen más de cien cánceres distintos y uno de ellos, tal vez de los más conocidos, es el cáncer de mama. Comúnmente, las preocupaciones en la mujer llegan cuando se notan un bulto en la mama, que deriva en la consulta médica para verificar de qué se trata y si puede ser un tumor.
Por eso la importancia de los controles periódicos.

Como su nombre lo indica el cáncer de mama nace en las glándulas mamarias, empieza localizado y luego se va diseminando a través de los vasos linfáticos. El sistema de estos vasos consiste en una red amplísima que recorre todo el cuerpo y contienen una pared muy débil, y allí el primer problema con el que nos encontramos. Al tener un recorrido tan grande y poseer una frágil pared, las células cancerosas originadas en las glándulas mamarias penetran de manera muy fácil la pared de los vasos linfáticos.
Juan Eduardo Pérez, médico especialista en Oncología del Hospital Penna (Mat. Prov. 0924 – Mat. Nac. 44748) nos explica que esos vasos, de tanto en tanto, tienen un ganglio que funciona como un detector de enfermedades, y cuando encuentra algo que no reconoce lo elimina. Sin embargo, y aquí un segundo problema, resulta que “las células cancerosas son originadas de una célula normal, por lo cual esos ganglios linfáticos no las reconocen como ajenas, las toleran y las células cancerosas aprovechan y se multiplican, hacen lo que se llama metástasis ganglionar. Esos ganglios en el caso de la mama empiezan en la axila, van profundizándose hasta que terminan en la parte supraclavicular, al lado del cuello, arriba de la clavícula. De ahí pasan al torrente sanguíneo y van a parar a cualquier rincón del cuerpo”.

Agresividad del tumor
Hasta aquí una idea aproximada acerca del tema que nos compete. Vale entonces despejar algunas dudas, como por ejemplo la relación entre el tamaño del tumor y la agresividad del mismo. En realidad, no existe dicha relación: “A veces tumores pequeños se diseminan rápido y tumores grandes se diseminan lento, no es cuestión del tamaño sino de la propia agresividad del tumor. Esa agresividad hace que en el caso de tumores agresivos, se muevan muy rápido. La célula cancerosa tiene la misma calidad de ADN que el resto de las células del cuerpo, entonces se pueden mover tan rápido como una célula sanguínea, eso marcaría la agresividad en el tumor. Hoy en día se puede catalogar esta agresividad, medir qué tan agresivo puede ser el cáncer de una mujer y así actuar en consecuencia”.
El cáncer de mama también puede penetrar en las venas que son vasos igualmente débiles. Ahí tenemos otro problema ya que las células se dirigen al torrente sanguíneo y empiezan a rotar: “Si bien pueden ir a cualquier lugar, en algunos no aparecen nunca. Lo hacen predilectamente en pulmones, hígado, huesos, cerebro, pero es muy raro que un cáncer de mama -a pesar de que puede hacerlo- aparezca como una metástasis en un riñón. Eso marca como que hubiese una selectividad de la metástasis, como que crece mejor en unos tejidos que en otros”.

La mamografía
Explica el dr. Pérez que ante el cáncer de mama lo que se puede hacer es una prevención secundaria a través del diagnóstico precoz y que es lo que hoy está bien desarrollado. Esto se realiza a través de la famosa y muy necesaria mamografía: “Si la mujer tiene antecedentes de cáncer de mama en la familia, a través de madre o abuela, se puede empezar a hacer una mamografía precozmente entre los 35 y 38 años, si no hay antecedentes puede empezar a los 45. La mamografía permite detectar cosas realmente muy pequeñas que no hay dedo que las palpen, detectamos cosas que miden medio centímetro y así se puede actuar mucho mejor. Se pueden detectar micro calcificaciones agrupadas que en un 40% de los casos son cánceres, muy incipientes, algunas veces con la misma operación ya se curaron. En cambio cuando pasa a ser un tumor invasor es una cosa distinta, se cura un porcentaje de pacientes. Un 80 o 90% se pueden curar en la propia operación más un tratamiento agregado, que se llama tratamiento adyuvante que quiere decir que ayuda a la cirugía. Pueden ser rayos, quimioterapia u hormonoterapia”.
Si bien el médico marcaba ciertas edades en donde se hace necesaria una mamografía ya que la enfermedad suele atacar a determinada edad, es cierto que existen casos de mujeres muy jóvenes con este tipo de cáncer: “Es raro pero hay que estar atentos, las cosas raras también suceden”.

Cuestión de estadíos
Uno de los procedimientos a seguir para atacar el cáncer de mama es a través de la cirugía. Por suerte, la medicina ha avanzado y las operaciones son pequeñas y la cuestión estética no reviste gravedad. Esa operación incluye un muestro de grasa de la axila para detectar el grado de agresividad: “El patólogo descubre cuántos ganglios hay en esa grasa, informa cuántos encontró, cuántos tenían metástasis, qué grado de invasión, de diferenciación, en cuanto a las células normales y en cuanto a la cantidad se hace una estadificación, esta se divide en estadío uno, dos, tres y cuatro. Cuatro es cuando tienen metástasis en otro órgano fuera de los ganglios. Esto marca de alguna manera la agresividad del tumor. En base a los estadíos se programan los tratamientos a seguir, los cuales están bastantes estandarizados”.
Respecto a si existe una cura definitiva, Pérez opina que en el cáncer de mama nunca se termina de dar por curado a nadie: “Hay metástasis que se encuentran 20 años después de la cirugía de tumor primario. En esto nunca se puede dar de alta a una paciente, hay otros tumores mucho más agresivos que si seguís vivo tres años después quiere decir que ya estás curado. Luego de los tratamientos hay que hacer una vigilancia, una consulta cada tres o cuatro meses, se revisa la cicatriz, la axila, se piden algunos estudios, exámenes físicos, una mamografía por año, una ecografía. Se controla, pero nunca se puede decir que está curada”.
Si bien los conceptos no son muy optimistas, vale decir que la persona que realiza los tratamientos y lleva a cabo el control descripto puede realizar una vida relativamente normal.
En cuanto a porcentajes de muerte por cáncer de mama, el médico señaló que estos dependen de los estadíos: “Si es el 1 se muere un 10% de los pacientes, en 2 un 20 o 30%, a medida que avanzan los estadíos se mueren más pacientes. En Bahía Blanca afortunadamente ahora cambió, pasó a ser el estadío 1 el más frecuente. Dentro de todo estamos bien, quiere decir que la gente está más alerta con lo que sucede y seguramente los médicos están más preparados para atender esas consultas precoces”.
Por último y como recomendación, Pérez aconseja acudir a la consulta profesional ginecológica y realizarse la mamografía. A veces es mejor no esperar a notarse algo raro, dolor u otro síntoma: “Por más que no tengan ningún síntoma ya que los síntomas son tardíos, cuando a vos te duele algo y es un tumor, ya está porque quiere decir que ese tumor ya invadió. El dolor no es un buen síntoma”.

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2008-10-24 23:00:00
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