El 11 de abril se conmemoró el Día Mundial del Parkinson, una enfermedad neurodegenerativa en la que profesionales de la salud continúan trabajando para mejorar los tratamientos que brinden una mejor calidad de vida a quienes la padecen. Desde la Cooperativa de Trabajo Ecomedios dialogamos sobre el tema con el médico especialista en Neurología (MP 2912 – MN 173973), Maximiliano Saibene.
“El Parkinson se produce por una disminución de la dopamina en los núcleos de la base en la sustancia negra (un área del cerebro). Se pierden estas células, se va perdiendo dopamina y son las que controlan los movimientos, por eso se empiezan a producir movimientos involuntarios”, explicó.
Algunos de los síntomas por los cuales las personas se acercan a un o una especialista en neurología pueden ser diversos, pero los que se asocian a la enfermedad tienen que ver con sentir rigidez o bradicinesia, o sea, lentitud en los movimientos y temblor: “Es importante que consulten a un neurólogo o neuróloga, porque también pueden ser otras causas, no es el único diagnóstico posible”, aclaró el médico.
Si bien Saibene reiteró que no hay cura para la enfermedad, destacó la importancia del diagnóstico temprano, de los tratamientos disponibles y las recomendaciones para prevenir su aparición. «Se avanzó mucho en este sentido. Primero, hay que tener un diagnóstico precoz porque las etapas del Parkinson pueden ir avanzando». Además, mencionó los tratamientos disponibles para controlar los síntomas, incluyendo opciones farmacológicas e intervenciones quirúrgicas.
La mayoría de las y los pacientes de Parkinson se diagnostican a partir de los cincuenta años, con una media de 65 años, y hay una mayor tendencia entre los hombres. En el caso de padecer la enfermedad antes de los cincuenta años, se habla de un carácter hereditario, y para determinar el origen existe un estudio específico.
Para los casos en los que las personas con más de cinco años con movimientos involuntarios con bastante intensidad, “hay un protocolo de estimulación transcraneal profunda, donde se coloca unos electrodos en estos ganglios de la base o en el tálamo o en el globo pálido y se coloca como un marcapaso externo que da impulsos. Esto ayuda a controlar un poco más los síntomas motores”, detalló.
Recomendaciones
El especialista también ofreció recomendaciones para prevenir la enfermedad, como mantener una dieta balanceada y realizar actividad física aeróbica de forma regular. Esto también dependiendo de la situación de cada persona. “Se vio que el café también era un factor protector y, en general, el control de los factores de riesgos cardiovasculares, la presión arterial y demás”, agregó.
Otra sugerencia, que la tomó de estudios realizados en Argentina, es que bailar tango y pintar estimula y ayuda mucho a los movimientos. “Son movimientos artísticos que ayudan a que el paciente tenga más movilidad y que pueda sentir más soltura. Durante el día tienen movimientos involuntarios que lo limitan, y en estos casos de pintura y de tango no tienen esta dificultad, entonces pueden tener cierta libertad para moverse”.
A su vez, alertó que el tabaquismo, el sedentarismo, y la exposición a ambientes contaminados con hidrocarburos, áreas rurales donde se hacen fumigaciones, o en zonas de contaminación ambiental, aumentan el riesgo de Parkinson.
Convivir con la enfermedad
Según la Escuela de Medicina de la Universidad de Texas, la enfermedad de Parkinson afecta al 1% de los pacientes mayores de 60 años y al 0,3% de la población general y se calcula una prevalencia cercana al doble para el año 2030. Si bien, no hay una cifra exacta de cuántas personas afecta en Argentina; la Asociación Parkinson Argentina estimó que son alrededor de 90 mil.
El profesional realiza consultas interdisciplinarias para la atención de sus pacientes, con el objetivo de abordar la enfermedad de manera integral. “Ya estoy trabajando de manera interdisciplinaria con mis pacientes con distintas enfermedades neurológicas, para aplicar una medicina basada en el paciente”, sostuvo.
Basado en su conocimiento sobre las situaciones que el o la paciente de Parkinson padece en el día a día, el profesional de la salud manifestó que hay dos temas vinculados a la enfermedad y el vínculo social. “Uno es el estigma social, no quieren salir a causa del temblor o los movimientos involuntarios que lo limitan en las actividades sociales. Por otro lado, una persona con Parkinson tiene mayor riesgo de tener depresión o una depresión asociada, por lo que ambas situaciones están relacionadas”.
Saibene concluyó que “en la ciudad no hay muchos datos sobre el Parkinson, pero es una de las enfermedades neurológicas más prevalentes o frecuentes”.
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