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Un problema que aún no termina
Categoría: Opinión

Hace varios años se viene observando que el volumen de pesca en la ría de Bahía Blanca está disminuyendo. Recursos que antes abundaban como camarones, langostinos, pescadillas, gatuzos o corvinas ahora son escasos en estas aguas y ponen en riesgo la continuidad de la pesca artesanal, medio de vida de muchas familias en nuestra ciudad. Se podría pensar que sólo es un problema para aquellos quienes viven de esta actividad, pero la realidad es que nos afecta a todos.
Una causa de esta situación es que el puerto local ha pasado de ser un puerto pesquero a uno industrial. Este cambio implicó la instalación y el crecimiento del polo petroquímico en el área, quitando lugar a las mejores zonas de pesca. En cuanto a la disminución de los recursos, los pescadores mencionan que es una consecuencia de la contaminación originada por las compañías que integran este polo industrial y el dragado de la zona de navegación, factores que afectarían no sólo la cantidad sino también la calidad de la pesca. Sumado a esto, las autoridades encargadas de controlar a las empresas no cuentan con el personal ni con los medios para realizar un efectivo control.
Otra situación es que en la zona de Bahía Blanca la pesca artesanal además representa una actividad histórico-cultural que ya lleva cuatro generaciones de pescadores. A lo largo de este tiempo el número de embarcaciones no superó los cincuenta para los puertos de Ing. White y Rosales, pero en los últimos años ese número creció a más del doble, sin ninguna evaluación del stock pesquero ni control por parte de los organismos competentes. Una de las características que define la pesca artesanal es la eslora de las embarcaciones. En esta actividad no se permite el uso de redes de arrastre ya que la pesca en grandes volúmenes puede perjudicar la sustentabilidad del recurso pesquero y afectar el alimento del que dependen muchos peces comerciales ya que destruye el fondo marino donde estos viven. Sin embargo, algunas de las embarcaciones que pescan en la ría, aún con eslora de pesca artesanal, poseen redes de arrastre, dejando de cumplir así la función de artesanal. Es allí donde se requiere un control de la actividad para evitar el uso indiscriminado de redes de arrastre tanto dentro como fuera de la ría sin que se afecte la disponibilidad de peces y la supervivencia de las poblaciones por tiempo prolongado.
En el mes de enero pasado, los pescadores de Ing. White decidieron salir a reclamar por la falta de pesca que vienen padeciendo en los últimos tiempos: sus lanchas mantuvieron cortado durante diez días el acceso terrestre y marítimo a la ría local, impidiendo el ingreso y la salida de los buques al puerto. A partir de esta protesta, que afectó la producción en el polo industrial, aparecieron algunas propuestas por parte de los organismos de gobierno, pero hasta el momento ninguna de ellas ha ofrecido un proyecto a largo plazo que sea beneficioso para todos. El problema tiene numerosos orígenes y las soluciones parciales no son la respuesta adecuada, por lo que consideramos que el conflicto podría prolongarse y complicarse si no se encuentra una solución definitiva.
Varias de las respuestas brindadas hace diez meses para dar fin al conflicto con los pescadores locales estuvieron orientadas a salvar la situación crítica del momento, pero que resultan difícilmente efectivas en el largo plazo. Una de las respuestas fue otorgarles jubilaciones a los pescadores; otra, el otorgamiento de subsidios para paliar la disminución de la pesca, pero varios han sido los reclamos por parte de los pescadores debido a la forma en que se repartieron estos fondos.
Otro de los puntos que se tomaron como parte de la solución es la reconversión de la flota artesanal. ¿Qué significa esto? Que el Estado, y eventualmente empresas privadas, aportarán dinero para que aquellas embarcaciones que puedan, sean reconvertidas para realizar pesca de arrastre fuera de la ría. Pero nos encontramos con otras preguntas: ¿Cómo impactará la pesca de arrastre?, ¿La provincia de Buenos Aires o el municipio de Bahía Blanca controlarán la cantidad de pesca o el sitio donde se pesque?. Será cuestión de unos años para que la escasez de peces ocurra también no sólo aguas adentro de la ría sino en toda la región, esta vez como consecuencia de la pesca indiscriminada. Además, esto también afectará a otros trabajadores, como por ejemplo a los pescadores de Monte Hermoso, quienes tienen su actividad en mar abierto y que verían afectada su área de acción si no se planifica seriamente la pesca a una escala regional.
Una tercera propuesta de solución fue la asignación de nuevos espacios para la pesca, como la obtención de permisos en la zona de Riacho Azul que está incluida en una reserva natural con restricciones en el número de embarcaciones. Un punto importante a considerar es que erróneamente se ha considerado a la Reserva Natural de Uso Múltiple (RNUM) Bahía Blanca, Bahía Falsa y Bahía Verde y a la RNUM San Blas como áreas donde la pesca está prohibida. Esto no es así. Si bien ambas reservas son muy importantes en la protección de sectores de cría y desove de varias especies tanto de interés comercial como no comercial, la pesca es una de las actividades permitidas y, específicamente la pesca artesanal, ha sido considerada como parte de las propuestas de plan de manejo de estas áreas. Lamentablemente la firma de estos planes de manejo hace tiempo que se viene postergando. Quien debe encargarse de esta función es el Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS), cuyas autoridades parecen no mostrar intención de llevarlos adelante. La Propuesta de Plan de Manejo de la RNUM Bahía Blanca, Bahía Falsa y Bahía Verde fue presentada en octubre de 2007 y la de la RNUM San Blas en julio de 2008. Estos tiempos de espera tan excesivos dificultan enormemente la implementación de estas dos reservas naturales marinas y específicamente el manejo responsable y control de la pesca en las mismas.
Además, este año se propuso, según marca la Ley 10.907 de Parques y Reservas Naturales, Art. 20 inciso C, un “Plan de aprovechamiento sustentable del recurso pesquero artesanal en la reserva natural Bahía Blanca, Bahía Falsa, Bahía Verde”. Este es el último paso en la regulación de la actividad, enmarcado en la zonificación y recomendaciones consensuadas en el Plan de Manejo. El documento plantea un trabajo conjunto con los pescadores artesanales, profesionales de la Universidad Nacional del Sur, el Instituto Argentino de Oceanografía y representantes de las Direcciones de Áreas Protegidas y de Pesca del Gobierno de la provincia de Buenos Aires. Este plan propone, entre otras cosas, realizar estudios de biomasa, establecer el esfuerzo pesquero de acuerdo a esos estudios, capacitaciones, utilización de técnicas de pesca compatibles con la conservación de las especies objetivo y acompañantes, obtener certificación de los productos y realizar actividades de monitoreo, control y vigilancia. Esta propuesta también espera la implementación por parte del OPDS.
Hoy, el tema del conflicto de los pescadores artesanales está olvidado, dejando al descubierto el total desinterés de nuestros gobernantes por mejorar la calidad de vida de todos los ciudadanos y nuestro medio ambiente. No podemos olvidarnos de la responsabilidad que todos tenemos en este tema al no exigir a nuestras autoridades que actúen de acuerdo a los puestos que ocupan. Si el OPDS tomara la decisión de avalar la realización de este Plan de Aprovechamiento Sustentable del Recurso Pesquero Artesanal, al igual que los Planes de Manejo de las Reservas Marinas que tiene a su cargo, se avanzaría enormemente en la solución de este conflicto y en la utilización sustentable del recurso pesquero artesanal.

Yannina Cuevas es miembro de la Comisión Directiva de Tellus – Asociación Conservacionista del Sur

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2009-10-30 00:00:00
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