“Lo último que es el arte, es entretenimiento. Es educación no formal, incentiva la creatividad, hace reconocer el trabajo con tu cuerpo, con el otro, es un trabajo cooperativo, colectivo, te hace pensar las cosas de otro punto de vista, te invita a correrte de una cuadratura, a cuestionarte a vos mismo tus propios pensamientos y mandatos. Te permite romper con eso, y en esa ruptura nacen nuevos pensamientos”, indicó.

Sobre la función de la actividad artística, el referente indicó que uno de los principales objetivos es poner en tensión la realidad: “Poner en evidencia algunas cuestiones que van desde el status quo, hasta lo que parece lo más normal del mundo. Te invita a debatir. Una imagen, una obra de teatro, la música, una danza. En todas las escuelas debería haber arte de diferentes tipos, aunque vos después te dediques a otra cosa. Porque te incentiva la creatividad, te permite pensar y ver las cosas, frenar, escuchar”.

En esa línea, destacó el rol central que tiene la capacidad creativa en cualquier área de especialidad, ya sea dentro del campo del arte, como en el deporte, o la ingeniería.

“En todas las artes, especialmente las que son escénicas, Tenes que poner tu cuerpo y trabajar con el cuerpo del otro. Así que hay una conciencia distinta. No sos vos solo. Entendés la creatividad en colectivo”, afirmó, en comunicación con la Cooperativa de Trabajo Ecomedios.

Plano social

Ante un contexto de desfinanciación y cierre de diversos organismos culturales, como el Instituto Nacional del Teatro (INT), el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), el Instituto Nacional de la Música (Inamu), y la Comisión Nacional Protectora de Bibliotecas Populares (Conabip), el artista opinó que se trata de una maniobra para disminuir la capacidad crítica de la comunidad.

“Hay una pequeña trampa en decir que el arte no es esencial. Una trampa conciente de la potencia que tienen las artes para poder interpelar un sistema que nos viene metiendo en una trampa, y nos viene deshumanizando hace mucho tiempo, que pone en el centro de la escena de la vida al dinero, la producción, al ser productivo y exitoso, y corre al ser humano a un costado”, postuló.

En ese sentido, también puso en jaque el concepto del privilegio: “Se ha entendido mal, y yo creo que tiene que ver con una mirada euro centrista, y tal vez muy antigua, de que el consumo artístico es un privilegio. Que solo los privilegiados, los cultos, pueden ir a ver una obra teatro. Pero las artes son un derecho, como el derecho a respirar. El ser humano es arte. por eso es importante que se invierta, se incentiven, y se promuevan, todas las expresiones artísticas. Porque el arte es esencial, y el Estado hace una inversión porque las artes mejoran al ser humano en todos sus conceptos, mente, cuerpo, alma, emoción”.

“Las artes son un anclaje para que los seres humanos no caigamos en una deshumanización, robotización, y que lo único que seamos sean fábricas productoras de dinero para cientos de privilegiados. Porque ahí sí hay privilegiados”, expuso, y mencionó que el uno por ciento de la población mundial tiene el doble del dinero del 99 por ciento restante: “Y esas personas saben que el arte puede quebrar esa situación. No es para nada casual que la disfracen como privilegio y digan que estamos en emergencia. Porque los chicos que están sin comer, por supuesto que tienen que comer, tener una casa, derecho a estudiar. Eso no se discute. Pero los chicos tienen que jugar, ser creativos, incentivar su imaginación, su empatía, su vínculo con sus compañeros y compañeras, saber lo que es respetar el cuerpo del otro”.

Romper la inercia

Caputo forma parte de la Murga Estilo Uruguayo Permiso Precario, que está integrada por artistas bahienses, y que tuvo sus inicios en el 2021. Sus espectáculos están basados en la música, la ironía y el humor, abordando temáticas políticas locales y nacionales.

“Cuando creamos un espectáculo, lo hacemos observando y viendo la realidad, porque la murga, como género, tiene denuncia social, política, es popular, y pone preguntas sobre la mesa”, contó, y concluyó: “Hay distintos tipos de géneros, y hay distintas propuestas. A algunos le gustará más la música clásica, a otro la cumbia, a otro la murga uruguaya, y listo. No hay mejores ni peores, todos somos seres humanos y somos parte de una comunidad que tiene que abrazarse y no dividirse. Y las artes van a colaborar para recomponer los vínculos entre los seres humanos que hoy están muy rotos. Compartir esos momentos, esos rituales que tenemos los seres humanos que son bien humanos, son los que nos mantienen vivos constantemente”.

Autor: Redacción Ecodías