Entrevistado por EcoDias, el
ingeniero agrónomo Daniel Iurman da respuesta a la pregunta que nos hacemos
desde la cocina de nuestras casas. Factores locales e internacionales que
hicieron que la cebolla sea casi un artículo de lujo.

Esta
edición del periódico EcoDias acompaña -a manera de suplemento- la primera
edición de Ecos de la tierra, publicación mensual también gratuita que
se distribuirá en las localidades de Médanos, Algarrobo, Mayor Buratovich,
Hilario Ascasubi, Pedro Luro y Villalonga, y que podrá ser consultada en el
lector web www.issuu/ecodias.
Por esta razón decidimos incluir esta entrevista realizada con el ingeniero
agrónomo Daniel Iurman, coordinador territorial del Valle Bonaerense del Río
Colorado de la Estación Experimental Agropecuaria Hilario Ascasubi del
Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).

¿Por qué estaba tan cara la cebolla?
Sucedieron una serie de factores que hicieron reducir fuertemente la oferta
en el final de la temporada de venta, por lo tanto al no haber oferta el precio
subió.

¿Dónde se produce cebolla en Argentina?
La principal zona productora de cebolla de Argentina es el valle bonaerense
del Río Colorado. En esta región se han sembrado los últimos años entre 10 y 14
mil hectáreas cada año, en función de la expectativa comercial, resultados de
campañas anteriores, limitaciones productivas como las restricciones en la
cantidad de agua para riego, entre otros factores que determinan la siembra.
La oferta de mercadería de esta región comienza en diciembre con las cebollas
tempranas, y finaliza en julio o agosto con la comercialización de las cebollas
almacenadas en pilas. Algunos productores logran conservar por más tiempo el
producto. La oferta de cebolla nacional se complementa con los valles irrigados
de las provincias de Río Negro, Mendoza, San Juan, Santiago del Estero y Salta,
principalmente.

¿Dónde se vende la cebolla del valle?
La producción de cebolla del valle se destina a mercado interno y
exportación. El consumo argentino ronda los 10 kilos por habitante por año, lo
que implica aproximadamente 40 mil toneladas por mes. La mayor parte de la
oferta de la región ocurre en los meses siguientes a la cosecha de la cebolla
de época, en marzo, abril y mayo. Esto se debe a diversos factores entre los
que se encuentran la necesidad financiera de vender parte de la producción, de
desocupar los lotes o de comercializar cebollas con algún problema de calidad
que no resisten el almacenamiento. Los últimos años el problema más destacado
es la podredumbre blanda o bacteriosis. Este problema fue responsable de gran
parte de la disminución de la oferta de este año.

¿Y qué pasa en Brasil?
Este periodo que mencionábamos a su vez coincide con una significativa
disminución de la oferta de cebolla en Brasil. En marzo, abril finaliza la
comercialización de la cebolla del sur (Santa Catarina, Paraná y Río Grande do
Sul) que ya estaba almacenada. El vecino país vuelve a autoabastecerse
generalmente en los meses de junio o julio, según el resultado productivo de zonas
como Goiás y San Pablo. Esto está vinculado a la fecha de siembra posible en
esas regiones y al desarrollo de los cultivos principalmente.
Por lo tanto se han encontrado una oferta variable con una demanda inestable,
generando distintas combinaciones que se traducen en precios sumamente
variables. El mercado brasilero representa así más del 85 por ciento del
volumen exportado, entre 100 y más de 200 mil toneladas según la situación de
cada año. Los precios a los que se exporta, han sido desde a valores por debajo
del costo de producción, hasta muy elevados, que han permitido una gran
capitalización de los productores y el crecimiento económico general de la
región.

Entonces, ¿fue mucha cebolla a Brasil?
No, lo que se envió fue menor que otros años.

¿Por qué?
Se abastecieron de cebolla europea. A comienzos del siglo hubo un avance de
las exportaciones argentinas con destino a Europa, llegando casi a las 50 mil
toneladas en 2004. Luego comenzó a declinar, hasta llegar a valores nulos en la
última campaña (2014/2015). Paralelamente, se observó un ingreso de mercadería
europea en Brasil, proveniente principalmente de España y Holanda

¿Es relevante ese ingreso de
cebolla europea en Brasil?
Los resultados de la importación brasilera de cebolla europea fluctuaron
desde 0 tn en 2003/04 hasta 94.662 tn 2014/15. Este último año, considerando la
campaña europea (de julio a junio digamos), ingresó en Brasil más cebolla
europea que argentina.

¿Cuáles son las causas?
La producción de cebolla en los países europeos ha tenido una marcada
tendencia alcista. Hasta el año 2004 entre España y Holanda no superaban los 2
millones de toneladas. En 2011 casi llegan a los 3 millones. Asimismo, hay un
sistema muy desarrollado para la exportación, en permanente búsqueda de nuevos
mercados, muy profesional, muy tecnificado, con base de operaciones muy
eficiente, con altas frecuencias de buques, etc. Difícil competir en estos
aspectos con ellos.
La relación entre los importadores brasileros y las empresas exportadoras
europeas (Holanda y España casi con exclusividad, siendo más importante el
primero) comenzó aparentemente con años de buenos precios pagados por Brasil.
Es como si esa alta demanda con precio hubiera encendido una luz en el mundo de
que Brasil necesitaba cebolla y pagaba bien. Se sumaron luego fletes
favorables, bajo precio de la cebolla europea por altas producciones,
establecimiento de confianza y de relaciones comerciales exitosas.

¿Llegó para quedarse?
Parece que sí, salvo que la relación de precios no sea favorable. Es decir,
bajo o moderado precio en Brasil y una oferta razonable en Europa (que tenga
precios relativamente buenos). Europa pasó de ser un potencial comprador del
producto argentino a ser un competidor en el mercado brasilero.

¿Cómo ve el futuro?
Primero sería importante volver a contar con un producto de alta calidad,
resolviendo o mitigando los problemas sanitarios. Luego, si se logra mejorar la
provisión de agua de riego y estabilizar la producción para sea rentable para
todos los agentes de la cadena se puede recomponer el posicionamiento en
Brasil.
Por supuesto, las variables macroeconómicas son importantes, pero la zona
debería procurar enfocarse en aquello que puede lograr para poder aprovechar
escenarios favorables y ser competitiva en aquellos que no lo sean. Explorar
nuevo mercados es otra posibilidad, aun teniendo en cuenta que no es posible
pensar en un mercado equivalente a Brasil.