Los derechos al acceso a la información y la libertad de expresión de los argentinos y argentinas están en peligro. La profundización de la concentración de la propiedad de los medios de comunicación en pocas manos consolida los monopolios informativos y dificulta la pluralidad de voces, fundamental para que la ciudadanía pueda informarse y expresarse libremente. Y al mismo tiempo, provoca la pérdida de miles de puestos de trabajo y dificulta el acceso al mundo laboral de las nuevas generaciones de trabajadores y trabajadoras de prensa.

Frente a este panorama, desde los medios cooperativos volvemos a levantar la voz para denunciar las prácticas oligopólicas de los grandes grupos empresarios, hoy lamentablemente amparadas desde el Estado nacional, pero también para ratificar nuestra convocatoria al conjunto de los trabajadores y trabajadoras de prensa a contemplar la autogestión como alternativa, tanto para preservar y dignificar las fuentes de trabajo como para honrar el ejercicio de un oficio ligado a estos derechos humanos fundamentales para la democracia y el desarrollo humano.

No se trata de un llamado a abandonar las luchas sindicales en las empresas de medios. Mucho menos de tender a precarizar las condiciones laborales establecidas por los convenios colectivos y el Estatuto del Periodista. Sí de hacer saber que hay otro modelo para generar fuentes de trabajo dignas y medios de comunicación al servicio de nuestro pueblo.

El modelo cooperativo de medios no es una mera declamación o una expresión de buenas intenciones sino que se asienta en experiencias solidarias y exitosas que se expanden a lo largo del país y que tienen un sólido sustento histórico.

En el año 1971 se fundó en La Rioja la cooperativa Copegraf, que hoy perdura y sostiene Medios El Independiente, con el diario del mismo nombre como emblema.

De esa experiencia se nutrieron después, con la crisis de fines de los 90 y comienzo de este siglo como contexto, los trabajadores y trabajadoras del Diario del Centro del País, de Villa María; Comercio y Justicia, de Córdoba y el Diario de la Región, de Resistencia, que se conformaron como cooperativas de trabajo para sostener sus medios y sus puestos de trabajo como respuesta a la quiebra de las empresas de las que eran empleados.

Estos ejemplos de la viabilidad de la autogestión fueron después un faro para muchos de los trabajadores de prensa que apostaron al mismo camino en el nuevo marco que se abría a partir del debate y la aprobación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.

Y también acompañan a las nuevas expresiones que van surgiendo en medio de la actual crisis económica y la política comunicacional del gobierno nacional.

Claro está que hoy todas nuestras cooperativas sufren también esta crítica situación. Pero en ninguna de ellas la variable de ajuste pasa por la exclusión de trabajadores o por el abandono de la vocación de aportar pluralidad al mapa de medios de nuestro país.

Lo que nos guía es la solidaridad, el compromiso cotidiano con nuestras comunidades y la felicidad de ser protagonistas de la larga lucha de los trabajadores y trabajadoras por la definitiva construcción de una patria para todos y todas.

Fuente: Prensa Federación Fadiccra