Este fenómeno es la consecuencia de que los neumáticos no logran sacar todo el líquido que se encuentra entre la rueda y el pavimento. Se produce por dos causas principales: que haya agua sobre el pavimento y que la velocidad del vehículo sea excesiva. Las cubiertas están diseñas para desaguar el agua y para que el neumático tenga siembre contacto con el pavimento.
Las presiones hidrodinámicas que se producen en el contacto entre el neumático en movimiento con el pavimento, desplazan el agua estacionaria formando una cuña de agua en el punto de contacto entre los mismos. Para facilitar esta evacuación son fundamentales un buen dibujo del neumático y una elevada textura del pavimento, sino no habrá canales por los cuales evacuar.
A medida que aumenta la velocidad, la zona del neumático que se apoya de hecho sobre el agua va aumentando, hasta que sobrepasada una velocidad crítica el neumático se sube bruscamente del todo al agua y ya no hay forma de movilizar un rozamiento con el pavimento, resulta imposible girar, frenar o acelerar, es decir conducir.
Se puede encontrar una similitud con el funcionamiento de los limpiaparabrisas. A velocidades de aproximadamente 50 Km. por hora, los neumáticos barren el pavimento en el punto de contacto, en forma muy parecida a como el limpiaparabrisas barre el agua. A medida que aumenta la velocidad, se forma una película de agua en el punto de contacto que el neumático ya no puede penetrar. Cuando esto sucede, los neumáticos empiezan a subirse o “montarse” sobre la superficie del agua. A una velocidad mayor ruedan completamente apoyadas sobre el agua, habiendo desaparecido la fricción para frenar o acelerar.
En velocidades superiores a los 50 Km. por hora, la cuña de agua puede penetrar el punto de contacto del neumático con el camino, produciendo un hidroplaneo parcial.
A una velocidad mayor de 90 Km. por hora, la cuña de agua puede aumentar y el neumático deja de tener contacto completo con el camino, produciendo hidroplaneo total.
Desgraciadamente, el conductor no tiene un método infalible que le permita evitar el patinazo de hidroplaneo, solamente una serie de factores a tener en cuenta que se describen mas adelante.

¿Qué hacer?
El hidroplaneo es una situación muy peligrosa ya que se pierde estabilidad y control del automóvil.
Las recomendaciones para realizar una conducción segura y evitar posibles accidentes es disminuir la velocidad inmediatamente. La desaceleración debe hacerse en forma suave hasta conseguir la adherencia del neumático. Lo más aconsejable es no tocar el freno o hacerlo con una suavidad especial para evitar el bloqueo de las ruedas, y también sujetar fuertemente el volante evitando girar bruscamente el mismo para seguir la trayectoria, ya que esto aumentaría el proceso de hidroplaneo.
Los neumáticos deben tener una adecuada presión de inflado y un dibujo de una correcta profundidad.
Es recomendable circular por la huella del vehículo que circula por delante, aumentando la distancia de separación entre ambos vehículos. Y evitar maniobras bruscas.
Es importante estar alerta ante cualquier señal que indique que el vehículo ha comenzado a estar bajo el efecto de hidroplaneo, tales como la falta del sonido de chapaleo al transitar o síntomas que denoten que el vehículo no tiene suficiente agarre o buen frenado.
En esa situación será conveniente encender las luces antinieblas delanteras y traseras.

La lluvia reduce la seguridad. Por lo tanto, en días de lluvia reduzca la velocidad.

Nota: las presentes indicaciones han sido remitidas a la Redacción de EcoDias por la Jefatura del Distrito 19 de Vialidad Nacional.