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Un centro sorprendente
Durante el verano, se proponen visitas guiadas por el centro y la magia de sus edificios, monumentos y calles, organizadas por Turismo, es posible acceder en forma libre y gratuita.
Categoría: Locales

Durante el verano, se proponen visitas guiadas por el centro y la magia de sus
edificios, monumentos y calles, organizadas por Turismo, es posible acceder en
forma libre y gratuita.

«La intención es poder acompañarlos en esta recorrida que organizamos
durante los meses de verano, los días martes y jueves, que se llaman Un centro
sorprendente», comenzó Diego Herlein, guía de la oficina de Turismo
municipal. La propuesta lleva a los visitantes a recorrer el centro histórico,
definida como el punto donde la ciudad de Bahía Blanca comenzó, «la idea
es transmitir con ojos de afuera».

De todas partes
Las visitas guiadas contaron a lo largo de la temporada estival con visitantes
extranjeros, paseantes regionales y bonaerenses que iban hacia el sur y
curiosos locales. «Bahía Blanca nace en este punto, en el centro de la
Fortaleza Protectora Argentina, específicamente desde el 11 de abril de 1828,
esto fue una construcción militar ordenada por el gobierno de la época, como un
punto fortificado en un lugar estratégico del territorio, en ese entonces, no
podíamos considerar este punto como territorio nacional porque las fronteras
llegaban hasta el Río Salado, después esto era territorio de los pueblos
originarios, pero más hacia el sur, a 280 kilómetros estaba la localidad de
Carmen de Patagones, que venía de la época virrenal, antiguo reducto que
funcionaba como colonia de prisioneros políticos, porque técnicamente estaban
en el medio de la nada».
En 1827, estábamos en guerra con el imperio del Brasil, que envía una
expedición de castigo a Carmen de Patagones, porque desde allí salía
expediciones corsarias que atacaban a los barcos comerciantes brasileros y esa
expedición falla, esto alerta al gobierno nacional que el territorio poblado o
despoblado se encontraba desprotegido, y más con la razón de la existencia de
los pueblos indígenas que se encontraban en mala relación con el gobierno, lo
que creaba la idea de que se podían formar alianzas entre fuerzas antagónicas.
Para evitar esto, se comisiona a un guerrero de la independencia, el coronel
Ramón Estomba, a que venga a poner el punto fortificado, «él le va a dar
el nombre de Fortaleza Protectora Argentina, fortaleza por las dimensiones que tenía,
200 metros de ancho por 200 metros de largo, el frente estaba mirando la plaza
principal».
Parados en Diagonal Drago y Avenida Colón, los visitantes se encontraban en el
antiguo patio de armas, cerca de los barracones de la tropa, más allá se
construyó la comandancia. Los límites estaban estipulados en las calles
actuales, Moreno, Vieytes-Brown, O´higgins, Chiclana-Estomba. «Los
edificios que observamos en la manzana fundacional fueron construidos después
de 1876».
Una fecha para tener muy en cuenta fue 1883, «se produce un hecho
fundamental en la historia local, la llegada del ferrocarril, que de manos de
empresas inglesas vienen y también construyen el Puerto de Ingeniero White, sus
intenciones se vieron plasmadas en el nombre que le dieron, Puerto Comercial».
Herlein no solo cita hechos históricos sino que también aporta datos curiosos,
«pensemos que el tren representaba el medio de transporte más rápido y más
seguro que existía, representaba el progreso; estaban un montón de ciudadanos
importantes esperándolo en la primitiva estación y cuando divisaron que venía
el tren, una banda de música empezó a tocar, los asistentes empiezan a aplaudir
y el tren pasa de largo. El maquinista tenía orden de llegar al puerto, nadie
le había dicho que tenía que parar. Arriba del tren viajaban representantes
nacionales, el presidente de la empresa, autoridades provinciales, entonces
Dardo Rocha, en ese momento gobernador envía el tren vacío de nuevo a la
estación para que suban los invitados, los esperaron para realizar la ceremonia
oficial, por lo tanto, la llegada del ferrocarril fue una fiesta en el
puerto». Las empresas inglesas perseguían como objetivo extender toda la
red ferroviaria, si miramos la red de vías se concentra en Buenos Aires, y la
intención era también concentrar en menor medida en Bahía Blanca, para crear el
puerto más grande del mundo, de hecho su primer bautismo tuvo como nombre La
Nueva Liverpool, emulando al más grande conocido hasta el momento.

Cuestión de estilos
«En la mayoría de los edificios de la época es posible observar un color
marrón, una pintura que se agregaba al revoque porque ese color imitaba el
color de la piedra de los edificios franceses», proporcionó Herlein. Esta
intención de «parecer una ciudad europea, estuvo influenciado por una
élite de 20 o 30 personas que impulsaron a la ciudad». Muchos o casi todos
eran miembros del selecto Club Argentino.
El mantenimiento de los edificios históricos es muy difícil, uno de los casos
es visible en estos días justamente en la estructura ubicada en Vicente López y
Colón, que perdió una ventanilla original, «no fue posible encontrar quien
pudiera reemplazarla, por lo tanto, se tapió la abertura con ladrillos»,
un aporte que desluce la arquitectura.
Un edificio emblemático, actualmente, desocupado, el Banco Hipotecario Nacional
luce en su parte más alta un cóndor, un símbolo de la soberanía, «porque
el Banco Hipotecario tenía como misión permitir que un ciudadano argentino
fuera dueño de un pedacito de territorio argentino». Originalmente, en el
lenguaje arquitectónico es habitual la colocación de un águila, la decisión de
un cóndor fue tomada a partir de ser un ave más representativa del suelo
nacional. De estilo ecléctico, la manzana fundacional contiene las oficinas
públicas ideadas bajo los términos de diseños clásicos y franceses, entre
otros.

¿Y por qué?

La ciudad tomó varios nombres antes de llegar a denominarse Bahía Blanca.
«El medio más seguro antes de la fundación, los materiales para construir
la Fortaleza llegan por este medio, y en la zona de la costa reconocen la
presencia de minerales, sobre todo salitre, por eso los marineros le dieron el nombre de Bahía, por la forma de la costa, y Blanca, por
el color de los salitres».
La primera referencia histórica de la ciudad se realizó en 1576, durante la
expedición de Magallanes, que se detiene unas horas en las proximidades. De la
observación de la geografía, Fernando de Magallanes registra la parada como
Bahía de los bajos arenosos, «reconoció la zona como pantanosa, zona de
humedales». El gobierno nacional no había pensado en el nombre de Bahía
Blanca para la población, el pueblo oficialmente se llamó Nueva Buenos Aires,
«se popularizó la denominación que usaban los marineros, por eso, se
impuso».
Un Centro Sorprendente es la oportunidad para leer la historia en las alturas y
dentro de los edificios históricos, por supuesto, que no queda cerrada al
aporte turístico, también constituye un rato de conocimiento de otras personas,
muchas de ellas motivadas por conocer más de esta ciudad y compartir la
experiencia con otros.

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2018-02-20 00:00:00
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