Como
consecuencia de la erupción de un cordón volcánico chileno, en Bahía Blanca se
comenzó a sufrir la presencia de cenizas que pueden provocar algunos malestares
a las personas. Sin embargo, dicen los especialistas que la situación no es
para alarmarse y ni se acerca a la gravedad que se viven en otras partes del
país.
Semanas atrás las noticias mostraban con tono de catástrofe la situación que se
estaba viviendo en Bariloche como consecuencia de la entrada en erupción del
cordón volcánico Puyehue – Caulle en Chile. La cercanía a ese lugar de la
localidad de Bariloche trajo como consecuencia una lluvia de cenizas que puso
en emergencia a la ciudad al punto de cerrar el aeropuerto y evacuar las zonas
rurales. Días después el viento hizo lo suyo y las cenizas se fueron
distribuyendo por otros sectores, sobre todo de la provincia de Neuquén. A esta
altura los medios nacionales ya apostaban sobre cuándo iba a ser el momento en
que las cenizas se aparecieran por Capital Federal imponiendo miedo en su
población. Pero más allá de ello, lo cierto es que en Bahía Blanca sí se empezó
a sufrir la presencia de las cenizas, en una cantidad inferior que en los
lugares cercanos a la zona volcánica. Por ende, las consecuencias también son
menores y no hay de qué alarmarse, según las precisiones de varios
especialistas.
Ante los primeros rastros de cenizas que se pudieron ver en Bahía, EcoDias
consultó a Carlos Carignano, especialista en Alergología y coordinador del Área
de Epidemiología Ambiental de la Municipalidad de Bahía Blanca, a fin de
despejar dudas sobre el tema y saber cómo manejarse en situaciones como estas.
Al respecto, el profesional brindó algunos conceptos sobre la problemática: “En
general lo que hay que saber es que el daño que pueden provocar las cenizas
depende de la concentración que hay en el aire, eso tiene que ver con la
distancia donde está situado el volcán que emite las cenizas y de la calidad de
esas partículas. Depende del volcán también puede variar la calidad de las
partículas”.
Puede decirse que en el material que emiten los volcanes, el compuesto debe
entenderse como vidrio, obviamente medido en micrones, y azufre: “Entonces ya
de por sí, insisto, dependiendo de la concentración, dependiendo del viento,
este material afecta provocando irritación en los ojos, en la garganta, en la
nariz, a veces llega hasta las vías respiratorias inferiores en gente que no
tiene ninguna enfermedad previa, produce irritación y molestias y también
depende de cuánto dure la exposición”.
Ahora bien, si las afectaciones dependen, entre otras cuestiones, de la
distancia, qué es lo que ocurre en sectores como Bahía Blanca donde llegaron
las cenizas y existe una lejanía con la zona volcánica: “En el caso de nuestra
ciudad, ya sabemos que hay un exceso de material particulado y que lo más
probable es que se deba a la ceniza. Por otro lado, la gente que tiene
problemas respiratorios de base, llámese asma, insuficiencia respiratoria por
enfermedad pulmonar obstructiva crónica, enfisema, conjuntivitis, etc., esa
gente tiene que protegerse”. Según Carignano, a las personas con esas
afecciones, en una situación como ésta se le recomienda en lo posible no salir
y realizar una limpieza del hogar sin elementos tales como plumeros, escobas o
escobillones debido a que estos levantan polvo, es decir, “buscar todos los
medios para no exponerse, en la medida de lo posible, a estas cenizas. El
impacto en nuestra ciudad pareciera que no va a ser demasiado importante pero
eso no quita que puedan provocar molestias”.
Hay algo cierto, las personas con enfermedades severas tienen una vida y
necesitan desarrollar sus actividades fuera de sus casas. Por esa razón, si
bien se aconseja no salir, en caso de tener que hacerlo se recomienda la
utilización de barbijos: “Inclusive hay gente con enfermedades severas que usa
barbijos en condiciones normales. Es conveniente, en caso de tener una
enfermedad respiratoria de base, de moderada a severa, no aspirar nada de estas
partículas”.
Otras consultas que permiten despejar dudas es sobre los perjuicios que pueden
causar las cenizas en personas que no sufren ninguna de las enfermedades
mencionadas. En este caso, la afectación, aclaró Carignano, es en menor medida
“porque lo que produce es una inflamación de las vías respiratorias. En los que
tienen enfermedad de base y andaban más o menos bien, les podría desencadenar
los síntomas o agravarlos. Al resto (quienes no tienen la enfermedad) provoca
irritación, picazón de ojos, ardor de nariz y picazón en la garganta. El
organismo por ahí está más preparado para reaccionar no de una manera tan
inflamatoria y lo puede eliminar inclusive más rápidamente”.
Si las personas con problemas respiratorios ven que pueden tener algún problema
en su sintomatología, deben consultar a su médico tratante debido a que quizás
necesiten algún ajuste en la medicación.
Más allá de las alarmas que suelen causar los medios, por lo menos en esta
zona, y así lo afirma un profesional, hay que estar tranquilos “y tomarlo como
un grado de molestia leve con algún riesgo mayor para las personas que tienen
enfermedad de base”.
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