En sus inicios, por el año 2008, Talita Kum fue un oratorio del Colegio Don Bosco, cuyo fin era trabajar todos los domingos en el barrio, ofreciendo una tarde de juegos y merienda. Con el tiempo, se generó un proceso de construcción colectiva, donde vecinas y vecinos fueron los principales protagonistas e impulsores de los proyectos y desde el 2017 se constituyó con personería jurídica propia.

El voluntario de la agrupación, Nahuel Blanco, explicó: “Desde su nacimiento nos avocamos a trabajar con la infancia y adolescencia. Con el tiempo comprendimos que, para que exista una infancia sana y saludable, tiene que haber un contexto generalizado en su familia, en la salud, la alimentación, la educación escolar, acompañamiento”.

“La infancia no puede ser pensada de forma aislada. Por eso fue apuntando también a las generaciones más grandes y a las familias en general. Por eso, además, tenemos proyectos que piensan en los adultos; así como las infancias crecieron y ahora son jóvenes de 18 años con los que también se genera una relación de acompañamiento y crecimiento mutuo”, agregó.

Presencia barrial

La cantidad de niños y niñas que asisten a las actividades, es variable, pero el objetivo es siempre el mismo: Apuntar al acompañamiento y desarrollo integral.

Para ello, llevan adelante el espacio de apoyo escolar en Barrio Oasis, todos los jueves. Allí, participan de manera voluntaria jóvenes de Villa Muñiz, más integrantes del área de Extensión de la Universidad Nacional del Sur (UNS), con quienes tienen un convenio.

También desarrollan el Espacio de Huerta en Villa Muñiz, dos veces por semana. A través de la presentación del proyecto Decisión Niñes de la Provincia de Buenos Aires, el grupo pudo comprar elementos para la huerta, a lo que se sumó un financiamiento privado por parte de la empresa Profertil.

Además, Talita Kum organiza un encuentro mensual los días domingo, para los chicos y las chicas de 7 a 16 años. En dichos encuentros se propone una tarde de juegos y festejos. En el mes de agosto se unieron al Club Villa Muñiz, la Sociedad de Fomento, el comedor Sopa de Piedra y la Iglesia El Poderoso Israel, para celebrar el Día de la Niñez. De la actividad participaron más de 450 personas.

Otros proyectos que desarrollan son Jornadas de Servicios con las y los estudiantes, que se hace en red con la pastoral del Colegio La Salle; Salidas grupales; Convivencias y campamentos para fin de año en donde se combina la posibilidad de que muchos chicos y chicas puedan acceder unos días de viaje y vacaciones que de otra forma no tendrían, y de un gran crecimiento colectivo desde lo humano; y acompañamiento con asistencia alimentaria, con la entrega de bolsones cada quince días.

Por la niñez

“Por los años que hace que está Talita y la construcción que se da, tenemos una lógica diferente a la pensada alumno-profesor, voluntario-asistido. Estamos hace más de diez años, y muchos de los y las pibas que se sumaron a Talita cuando tenían ocho, diez, doce años a las actividades de juegos, hoy tienen 18, 22 años y son los mismos que se hacen cargo de llevar y pensar los proyectos”, informó el voluntario.

Asimismo, afirmó que “siempre se construye y genera un proceso comunitario, colectivo. Donde no hay algunos que saben y otros que aprenden, sino dónde venimos a acompañarnos y crecer juntos, codo a codo en la vida, intentando solucionar los líos que van surgiendo con las herramientas que tenemos y con lo que somos”.

“La realidad es que comprendemos que el laburo en soledad es muy limitado. Por eso siempre intentamos tejer redes para poder contener desde varios aspectos”, contó Blanco, y enumeró el trabajo que realizan en articulación con Escuela Nº 50, el Banco de alimentos Nutrinos Más, el Instituto Ideal de Bahía Blanca, el Servicio Local de la Niñez, el Centro de Jubilados, entre otras instituciones.

En cuanto a los objetivos de la agrupación, el referente hizo hincapié en que “es más un ideal. Una forma de construir, pensar, sentir y vivir en esta sociedad. Creemos fervientemente que la construcción es colectiva, que el otro importa, que cómo la está pasando no es irrelevante, que todos tenemos que tener derecho a la educación, a la alimentación, a la vivienda, por el solo hecho de ser personas. Y nuestro objetivo va en esta sintonía: Crear mecanismos comunitarios de acompañamiento y resolución de los conflictos individuales de forma colectiva. Desde ahí, ir a lo real, a lo concreto, que los mismos que tienen esos problemas planifiquen y piensen cómo lo podemos resolver”.

“Talita apuesta a que, a partir de esa premisa, se construya lazos barriales y sociales, en la comunidad para que el pibe pueda salir a jugar, estar en un club o estudiar tranquilo”, concluyó.

Autor: Redacción Ecodías