
El Programa de Fondos Rotativos Solidarios para el Mejoramiento Habitacional consiste en la asignación de un monto dinerario a familias con más de dos años de residencia en la ciudad. El recupero de cada crédito regresa al fondo desde el cual fue otorgado, para beneficiar a vecinos del mismo sector. De esta forma, se garantiza el espíritu rotativo del programa destinado al otorgamiento de microcréditos.
Cada unidad familiar devuelve el equivalente de los materiales de construcción, a través del pago mensual de una cuota accesible. Este sistema es administrado por el equipo barrial de hábitat en instituciones con anclaje territorial, con frecuencia semanal o quincenal. Así el programa se acerca a las necesidades concretas de los vecinos.
En un testimonio recogido para este informe, el fundador de la Asociación Civil Ser Comunidad, Diego Fonseca, destacó la continuidad del programa. “Es un programa, creo que es uno de los programas sociales más antiguos, activos y con vida continua, digamos, que tiene la ciudad”, afirmó. Además, señaló que “han pasado los distintos gobiernos, pero el programa ha seguido sosteniendo de muchas maneras”.
Monitoreo constante y evolución
El programa realiza anualmente un monitoreo que sirve como una fotografía de su evolución. Este proceso permite a los actores implicados reflexionar sobre sus prácticas para mejorarlas a futuro. En el último período se otorgaron 355 créditos, demostrando la escala de esta iniciativa.
Del total de operaciones, 237 correspondieron a primeros créditos, 72 a segundos y 46 a terceros desembolsos. El promedio fue de 28 créditos por equipo barrial, lo que evidencia la capacidad de gestión descentralizada. Estos números reflejan la confianza en el mecanismo.
Fonseca valoró este sistema de evaluación. “Otra de las características del programa es el monitoreo que se hace año a año”, explicó. “Se va reflexionando en base a los datos duros que brinda el monitoreo, cómo va el programa, qué cuestiones hay que fortalecer”.
Recursos humanos y territoriales
La estructura del programa se compone de tres organizaciones: Ser Comunidad, ABC y Cáritas Bahía Blanca. Cuenta con 10 técnicos sociales, administrativos y constructivos que profesionalizan la tarea. Además, 20 promotores barriales mantienen el vínculo directo con la comunidad.
La mitad de estos promotores lleva más de tres años en los equipos, acumulando experiencia y conocimiento territorial. El 90% son vecinos del barrio que animan, lo que brinda una fortaleza fundamental al programa por su profundo conocimiento del territorio y sus dinámicas.
“Más del 90% de los voluntarios del programa son gente del mismo barrio”, confirmó el docente y trabajador social. “Eso también le da una característica o le brinda una fortaleza al programa muy importante, porque conocen el territorio, se conocen entre vecinos”.
Trayectoria y amplia cobertura
El historial del programa muestra un impacto acumulado significativo: desde 2002 hasta 2024, 3.146 familias accedieron a estos créditos. La distribución geográfica cubre 42 barrios a través de 15 equipos barriales de vivienda, con presencia en todos los sectores de la ciudad.
Los fondos rotativos tienen diferentes fechas de apertura según el barrio. Algunos operan desde 1998, como en los barrios Noroeste, Bajo Rondeau, Caracol I, Caracol II, Obrero Sur y Colon, a través de Cáritas Bahía Blanca. Otros se han incorporado progresivamente, expandiendo la cobertura.
Stella Maris, San Jorge y Don Bosco cuentan con fondos activos desde 2002. Miramar se sumó en 2003, mientras que barrios como 9 de noviembre y Cabra Moré comenzaron en 2006. Esta expansión progresiva muestra la adaptación a las necesidades territoriales.
Sostenibilidad y compromiso vecinal
La tasa de cobrabilidad promedio del programa es del 84%, con variaciones según el tipo de crédito: 82% para primeros créditos, 90% para segundos y 80% para terceros. Estos indicadores reflejan el compromiso de las familias participantes con el sistema rotativo.
“Hay familias que van por el noveno, por el décimo crédito”, ilustró Fonseca. “Vienen desde hace muchos años utilizando el programa, beneficiándose con el programa y también beneficiando al barrio ellos mismos con una actitud responsable de devolución del crédito”.
El mecanismo asegura que el dinero circule en beneficio de otros vecinos del mismo barrio. Esta característica es fundamental para la sostenibilidad del programa y explica por qué se mantiene activo a lo largo de más de dos décadas.
Actualización normativa y futuro
Recientemente se actualizó el marco normativo con la aprobación por unanimidad de la Ordenanza Nº 21.837. Este instrumento legal da mayor fuerza al programa y genera una mesa coordinadora integrada por las organizaciones sociales que lo llevan adelante.
“Otro de los logros de la ordenanza es poner una base de dinero para que ya esté garantizado el fondeo en cada uno de los equipos”, explicó Fonseca. “Hasta antes de la creación de esta (nueva) ordenanza no sucedía, había que estar todos los años dialogando”.
Esta modificación representa un avance significativo para la estabilidad del programa. Garantiza los recursos necesarios para su funcionamiento y permite una planificación a largo plazo, fortaleciendo aún más esta iniciativa que ya demostró su eficacia.
SUSTENTO LEGISLATIVO
La Ordenanza Municipal 16.397 creó en octubre de 2011 el Fondo Rotativo Solidario de Materiales (F.R.S.M.) para el mejoramiento de viviendas de familias de escasos recursos en Bahía Blanca. En cuanto autoridad de aplicación, el Departamento Ejecutivo Municipal coordinaba la implementación con organizaciones de Vivienda del Consejo Local Económico Social local. El programa se ejecutaba mediante dos vías: directamente por el municipio o a través de entidades intermedias.
Destinado a familias con al menos dos años de residencia que necesitaran refaccionar o terminar su vivienda, los beneficiarios firmaban un contrato con el detalle de los materiales, su valor y los plazos de reintegro, creándose así un fondo rotatorio para ayudar a más familias. Con la devolución en cuotas, el fondo se reasignaba a nuevas familias.
La Ordenanza 21.837 derogó en junio de 2024 la 16.397, creando el Programa de Fondos Rotativos Solidarios para el Mejoramiento Habitacional (F.R.S.M.H.), para implementar “políticas públicas tendientes a reducir el déficit habitacional cualitativo” en Bahía Blanca, junto a las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) que coadyuvarán en su ejecución a la autoridad de aplicación, que será la Subsecretaría de Hábitat.
El programa se basa en Equipos Barriales de Hábitat que administran fondos rotativos, otorgando microcréditos en materiales y mano de obra a familias con al menos dos años de residencia. Los montos de los créditos se escalonan (equivalente a 15, 30 y 45 bolsas de cemento) y su recupero financia nuevos créditos en el mismo sector. Una Mesa Coordinadora, integrada por el municipio y las organizaciones, define los criterios de selección, montos y reglamentos, garantizando una gestión participativa y transparente del programa.
Autor: Redacción Ecodías


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