El equipo del área de Vivienda de Cáritas Arquidiocesana en Bahía Blanca continuó este año renovando su compromiso con las familias de barrios vulnerables. En ese sentido, brindaron 170 créditos para llevar a cabo proyectos de mejoramiento habitacional a través de los fondos rotativos solidarios. Este programa, que proporciona créditos para la compra de materiales de construcción, logra mantener un amplio alcance y renovación continua para mantener su funcionamiento.

Una de las integrantes del área de Viviendas, la ingeniera civil Zulema, compartió detalles sobre cómo se organizan y trabajan para acompañar tanto a nivel social como constructivo. «El equipo está compuesto por dos trabajadoras sociales, Macarena y Mirena, y dos técnicas en la construcción, Marisol, que es arquitecta, y yo. Además, contamos con Thao en la parte administrativa. Vamos siempre de a dos o tres a los barrios para realizar las visitas técnicas y atender a las familias», comentó.

Uno de los requisitos más importantes para acceder a estos fondos es que las familias vivan en el barrio con más de dos años de antigüedad. No se les solicita escritura, pero sí es excluyente que no sean inquilinos. «Si están alquilando, no se les otorga el crédito, ya que sería para mejorar la vivienda de un tercero», señaló Zulema.

Además, se exige que las familias no tengan deudas pendientes con Cáritas. En aquellos casos en que un familiar ya haya solicitado un crédito para construir una vivienda en el mismo terreno y haya acumulado una deuda, no se podrá otorgar un nuevo crédito hasta que se regularice la situación.

En general los créditos se solicitan para la mejora concreta de las viviendas, ya sea para revocar paredes, colocar pisos, hacer instalaciones eléctricas o cambiar artefactos como termotanques o calefones. «Las familias se acercan a las charlas informativas y luego se les hace una visita técnica. Si cumplen con los requisitos, firman el crédito», explicó Zulema.

Este año, el área de Viviendas de Cáritas otorgaron 170 créditos, lo que implica un impacto directo en aproximadamente 680 personas, «si pensamos en un promedio de cuatro integrantes en cada hogar», indicó. Actualmente están trabajando en los barrios: Noroeste, Villa Nocito, Maldonado, Costa Blanca, Vista Alegre, Stella Maris, Miramar y 9 de Noviembre.

Acompañamiento social y técnico

El equipo de Cáritas no solo se dedica a la entrega de créditos, sino que también realiza un acompañamiento social y técnico integral. «Desde el área social, llenamos planillas con información sobre la familia, como la escolaridad de los niños, si hay personas con discapacidad, o si tienen alguna patología. Si identificamos alguna de estas situaciones, les orientamos sobre trámites como el carnet de discapacidad, o sobre beneficios como en su momento fue la posibilidad de acceder a garrafas», explicó la referente.

En cuanto al aspecto constructivo, si las familias tienen algún proyecto específico de mejora, las técnicas les brindan orientación, confeccionan un presupuesto para que puedan acceder a los materiales. «El crédito es para una mejora específica y debe usarse dentro de los doce meses. No se permite el acopio de materiales», aclaró.

Una de las fortalezas que distinguió la referente del área es la presencia de promotores barriales en alguno de ellos, que son personas del propio barrio que actúan como nexo entre Cáritas y las familias. «Son fundamentales, ya que conocen las necesidades del barrio y son los que anotan a las personas interesadas en los créditos. También ayudan a difundir la información dentro de la comunidad», comentó Zulema.

El modelo de autoconstrucción es el que más se encuentra en las familias beneficiarias. Si bien algunas contratan mano de obra para las mejoras, la mayoría prefiere realizar las reformas por cuenta propia o con la ayuda de familiares que tienen conocimientos en construcción.

Ciclos

El sistema de créditos de Cáritas Arquidiocesana permite a las familias acceder a un ciclo continuo de mejoras. Una vez que terminan de pagar el primer crédito, pueden anotarse para un segundo, y así sucesivamente. «Algunos de nuestros beneficiarios ya han solicitado diez o doce créditos. Esto les permite mejorar progresivamente sus viviendas, haciendo una mejora tras otra», comentó Zulema.

Este ciclo continuo de créditos no solo mejora las condiciones de vida de las familias, sino que también fortalece la comunidad, ya que los vecinos van tomando conciencia de la importancia de cuidar y mejorar sus hogares. «La idea es que cada familia pueda acceder a mejoras concretas y seguir mejorando su calidad de vida a través de los créditos», concluyó.

Autor: Redacción Ecodías