UNA INSTITUCIÓN CON GRANDES CONTRADICCIONES
La Iglesia que queremos salvar

800 mil pesos es una gran cifra.
800 mil pesos es una gran cifra para ser pedida.
800 mil pesos es una gran cifra para ser pedida para arreglar un
edificio.
800 mil pesos es una cifra obscena para ser pedida para arreglar un
edificio, el templo de una institución tan comprometida a trabajar por la
eliminación de la exclusión y la pobreza como es la Iglesia Católica.

El año pasado con motivo del lanzamiento de la colecta anual de
Cáritas, monseñor Guillermo Garlatti, la mayor autoridad de la Iglesia
Católica de Bahía Blanca y la zona, afirmaba que “nuestra sociedad todavía
atraviesa una crisis muy grave, donde hay un sector muy importante de la
comunidad que vive en situación de marginación”.
La crisis a la que se refería está absolutamente presente entre
nosotros y se traduce en la infinidad de ayuda asistencial y de promoción
que es solicitada por muchos ciudadanos tanto a instituciones como al mismo
Estado.
Lamentablemente algunos adeptos llevan a tal extremo su devoción por la
Iglesia que se desenvuelven con ribetes de fanatismo. Sólo así se puede
llegar a interpretar esta patriada en busca de 800 mil pesos que sin
miramientos piden al Estado municipal y en los medios de comunicación para
restaurar el edificio de la iglesia catedral Nuestra Señora de la Merced.
Hace apenas dos años el entonces intendente Lopes entregaba al párroco de
esa iglesia un subsidio de 150 mil pesos para las tareas de refacciones del
templo.
Días atrás la ciudad observaba la tarea voluntaria de jóvenes que
realizaron la Colecta anual de Cáritas, cuyo lema en este año 2006 fue “Por
una sociedad sin exclusión ni pobreza”. Esta frase propuesta por el
Episcopado Argentino pone de manifiesto cuáles son las prioridades reales
de la Iglesia Católica que justamente no pasan por restauraciones de
templos.
Por supuesto, estas contradicciones en las que incurren algunas
personas no son doctrinarias sino de interpretación o concepción. Es real
que el edificio de la Iglesia Catedral tiene un valor histórico y
patrimonial importante. Más real es el elevado índice de pobreza que
ostenta la ciudad. Después de los ATN entregados impúdicamente por Menem,
las instituciones deberían haber tomado nota que hay gastos que deberían
ser cubiertos por sus integrantes.