La congregación Bautista Pueblo Nuevo, ubicada en Soler 444, lleva 75 años siendo un pilar de apoyo social en la ciudad. A lo largo de los años, ha trabajado de manera incansable en diversas actividades de acción social, siempre alineada con la misión cristiana de servir a los demás. Su labor tras el último temporal, que afectó gravemente varias zonas de la ciudad, ha sido un ejemplo de organización y solidaridad. «Somos una organización que tiene un empuje juvenil muy importante», explicó uno de los pastores de la iglesia, Matías Cortez, quien también destacó el trabajo conjunto con otras instituciones.

El compromiso de la congregación con la acción social no es reciente. De hecho, forma parte de la Confederación Bautista a nivel nacional y ha logrado conformar una red de colaboración con otras iglesias evangélicas, tanto en el centro de la ciudad como en las zonas periféricas, como Cerri y White. “Hacemos un trabajo coordinado y en red con otras iglesias evangélicas en toda la ciudad y también en las zonas periféricas”, señaló Cortez. La iglesia no solo organiza eventos religiosos, sino que también se ha convertido en un punto de referencia para quienes necesitan apoyo material y emocional en tiempos de crisis.

El temporal que afectó la ciudad dejó estragos en varias zonas, y la parte céntrica fue una de las más afectadas. Cortez explicó que, a pesar de las dificultades que enfrentan, la iglesia ha respondido de manera eficaz, ofreciendo no solo apoyo espiritual, sino también ayuda material a quienes lo necesitan. «Estamos haciendo tareas de acopio de mercadería, ropa, organización, distribución y traslado a los más necesitados», comentó el pastor, destacando que el trabajo es arduo pero gratificante. La congregación se encargó de gestionar la llegada de ayuda, asegurando que llegara a las personas más afectadas. Algunos se acercaron hasta las instalaciones de la iglesia en Soler 444, mientras que, en otros casos, los voluntarios se encargaron de llevar la ayuda a aquellos lugares de difícil acceso, donde la situación es aún más compleja.

El trabajo no solo ha estado limitado a la ciudad, sino que también se ha extendido a las comunidades cercanas. «Atendemos en red a las comunidades de Cerri y de White», explicó Cortez, destacando la necesidad de los habitantes de esas zonas. Los días posteriores al temporal han sido de una constante llegada de camiones con recursos de distintas organizaciones evangélicas del interior de la provincia de Buenos Aires y de otros puntos del país.  El referente cristiano apuntó -en diálogo con la Cooperativa de Trabajo Ecomedios- que no solo colaboró la comunidad evangélica de otras localidades, sino también organizaciones de otras índoles, que, sin importar su origen religioso, se unieron al esfuerzo.

La congregación Bautista Pueblo Nuevo continúa haciendo frente a la crisis, reafirmando el compromiso de servir a la comunidad en los momentos más difíciles. A través de su trabajo incansable y de la red de apoyo que han logrado tejer, se erige como un ejemplo de solidaridad y de lo que puede lograrse cuando se trabaja con el corazón.

Autor: Redacción Ecodías