La isla de Cuba está situada en una región caribeña propicia para el cruce de huracanes y grandes tormentas que nacen en el mar y suelen atravesar las islas para perder fuerza o llegar por lo general debilitadas a las costas del sur de los Estados Unidos. Pero este año la Naturaleza parece ensañada con la isla, ya que tras el “Gustav” en los últimos días de agosto, siguió luego el “Ike” y ahora el “Paloma”. Este último tuvo menor fuerza que los anteriores, pero igualmente produjo daños importantes, porque muchas estructuras ya estaban debilitadas y en especial las tierras saturadas.
Se calcula que unas ocho mil viviendas sufrieron daños totales o parciales, hubo graves pérdidas en la agricultura y el agua inundó áreas costeras de cuatro provincias. Quedaron sin electricidad ni teléfono millares de cubanos. Según estima el gobierno, las pérdidas aumentarán a unos once mil millones de dólares y obligarán a replantear los presupuestos nacionales. Las reformas anunciadas por Raúl Castro seguramente deberán posponerse. La prioridad cubana es recuperar viviendas, estructuras, escuelas y también la producción, duramente afectada. La esperanza de que la agricultura empezaría a registrar resultados positivos en su balanza comercial a partir del 2009, tendrá que posponerse quizás hasta el 2011, según estiman funcionarios cubanos.

Funcionó la Defensa Civil
Durante más de 8 horas, los fuertes vientos y las lluvias del huracán “Paloma” azotaron la provincia de Camagüey y se enfurecieron especialmente con el poblado de Santa Cruz del Sur, localidad que hace exactamente 76 años sufrió un fenómeno similar que arrasó ese pueblo de pescadores dejando tres mil muertes. Esta vez, las previsiones del gobierno y la práctica en emergencias que tienen los cubanos, permitió que no hubiera que contabilizar ni una sola víctima fatal, aunque sí daños de importancia.
Casi un millón de personas fueron evacuadas por la Defensa Civil en las provincias centrales y orientales, con el objetivo de evitar que el fenómeno atmosférico causara muertos a su paso por la isla. La mayoría eran pobladores de zonas costeras o regiones próximas a los embalses que están en su máxima capacidad. La mayoría fueron acogidos en casas seguras de familiares o vecinos, y en centros especiales, provistos de agua, alimentos, electricidad y atención médica. “Paloma” pasó por territorios que habían sido ya afectados por el huracán “Ike” en setiembre.
Muchos vecinos tuvieron tiempo de retirar las tejas que les había entregado el gobierno tras el paso del anterior huracán. Ahora, empieza un nuevo tiempo de reconstrucción para tratar de paliar las consecuencias de las sucesivas catástrofes naturales.
La solidaridad que ha llegado de todo el mundo es mínima con relación a los daños ocasionados por los ciclones. La más importante es la de los créditos por valor de mil millones de dólares otorgados por Rusia, China, Venezuela y Vietnam. Cuba rechazó la posible ayuda de Estados Unidos, y solicitaron que en su lugar, el gobierno suspenda al menos por seis meses el embargo económico que pesa sobre el país desde hace 48 años, para así poder comprar alimentos y materiales de construcción.

Por Carlos Iaquinandi, Agencia SERPAL, Servicio de Prensa Alternativa. www.serpal.info