El gobierno boliviano insiste en su intención de desbloquear el conflicto generado por los prefectos de Santa Cruz y otras regiones del país que rechazan el texto aprobado por la mayoría de los asambleístas de la Constituyente. Para ello muestra una actitud flexible y disposición para dialogar con la oposición. El vicepresidente Álvaro García Linera García Linera confirmó que cursó las invitaciones a los prefectos para que este próximo fin de semana puedan reiniciarse las negociaciones. Se intentará conciliar el texto de la nueva Constitución, con los de autonomía parcial que proclamaron unilateralmente algunas regiones con la intención bloquear la decisión de la mayoría de los asambleístas que pertenecen al MAS, (Movimiento al Socialismo), la corriente política del presidente Evo Morales. García Linera dijo que el gobierno acudirá a esta reunión “con un espíritu flexible, con ganas trabajar, de corregir y modificar posiciones a fin de garantizar que sean compatibles las diferentes propuestas políticas”. Es previsible que esa buena intención encuentre dos obstáculos: el primero, la intransigencia de los sectores acaudillados por la rica región de Santa Cruz de la Sierra, que se resisten a sufragar los gastos de medidas sociales que tiendan a la igualdad y parecen centrados en dinamitar la nueva (CPE), Constitución Política del Estado. El segundo, la resistencia de gran parte de los asambleístas del propio MAS, a realizar cambios en un documento que ellos afirman que fue aprobado legalmente y por mayoría.

Por Carlos Iaquinandi, Agencia SERPAL, Servicio de Prensa Alternativa. www.serpal.info