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Respuestas al campo

El ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Julián Domínguez, estuvo en la ciudad por una jornada de trabajo. En medio del cese de comercialización de cereales y oleaginosas, defendió la política del gobierno nacional frente a las medidas tomadas por los sectores más poderosos del campo.

El Salón Blanco municipal se encontraba colmado. Integrantes de agrupaciones políticas y sociales y de diferentes sindicatos hacían escuchar sus consignas y cánticos, mientras esperaban la llegada al lugar del ministro de Agricultura de la Nación, Julián Domínguez. En medio de un nuevo conflicto con el sector del “campo” representado por la famosa y poderosa Mesa de Enlace, los asistentes se acercaron al municipio para brindar su apoyo al ministro Domínguez y, una vez más, dejar en claro su acompañamiento a las políticas de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
La visita del ministro tuvo como marco una jornada de trabajo acerca de lo realizado en el sudoeste de la provincia. Más allá de las cuestiones puntuales que interesaban a los productores, lo que todos querían saber refería directamente a las acciones de la Mesa de Enlace. Antes de subir al Salón Blanco, Domínguez brindó una conferencia de prensa junto a Haroldo Lebed, director de Emergencia y Desastre Agropecuario de la Nación, e intendentes de algunas localidades de la región.
Fue el intendente Breitenstein de Bahía Blanca quien presentó al ministro como “compañero y amigo”. Domínguez, luego de saborear un primer mate, dio detalles de las políticas para este sector de la región: “Se nos planteó como prioridad construir cinco ejes de trabajo. Aquí el más importante era que el productor pudiera seguir siendo productor, nosotros lo articulamos con el segundo propósito de las políticas del Ministerio de garantizar una rotación adecuada del uso del suelo, salir del modelo del monocultivo y promover la siembra del trigo. Acá fue absolutamente compatible con ese propósito de tratar que los productores volvieran a ser productores, la necesidad de crear instrumentos económicos y financieros diferentes para otra línea de trabajo, diferente a lo que es la zona núcleo y a lo que son otras zonas productivas de la Argentina. Por eso se pensó en el instrumento denominado fondo rotatorio que fue una propuesta técnicamente construida por el INTA y aplicada con mucho criterio por Haroldo Lebed”.
Consultado sobre las reuniones y convocatorias por parte de los productores rurales, el ministro Domínguez optó por no dar opiniones sobre los mismos: “La Argentina está viviendo un momento histórico de producción y de inserción y yo aspiro a ser el ministro que pueda colocar a la Argentina en el escenario mundial de los alimentos, de la participación económica y de un crecimiento sin precedentes. Y me parece que cualquier opinión en particular mía sobre las características de los dirigentes gremiales, de un pelo puede hacer que nazca una peluca. Entonces, como yo quiero ser parte de la solución, vengo a rendir cuentas de lo que hice y me parece que no contribuye absolutamente nada que yo transmita una opinión política sobre las características de los dirigentes gremiales”.
Además, Domínguez recordó las medidas que se habían tomado semanas atrás en la Bolsa de Cereales de Bahía Blanca en donde lo primero que se pidió fue la liberación del saldo exportable para la primera semana de enero: “En el segundo día de la segunda semana de enero abrimos todo el saldo exportable. Les pedimos a las molinerías que compren 2 millones y medio de toneladas para generar movimientos en el mercado interno. Se nos pidió una tasa cero para el productor, que no quede a la deriva y que quiera retener el trigo lo puede hacer de manera tal que no sea rehén de la presión ni de las molinerías ni de los acopios ni de las exportadoras, de manera tal que el productor pueda proteger a su principal valor que es el trigo”.

Entre chanchos y sinsentidos
Según Domínguez, por primera vez en la Argentina el trigo ha tenido en los últimos 10 años una rentabilidad histórica. Para ello puso el ejemplo de una consulta personal con un productor de la localidad de Goyena acerca de si con 1.500 kilos obtenía rentabilidad, a lo que el productor respondió afirmativamente: “O sea, el trigo por primera vez tiene una rentabilidad muy superior a lo que ha sido la media. La discusión está por la captación del precio. Quienes conocen el mercado saben que históricamente en diciembre, enero y febrero, todos los productores quieren vender, lo que naturalmente pasa, es una regla de la economía, cuando hay mucha oferta y poca demanda, el demandante se convierte en selectivo y condiciona al precio. Por eso salí a plantear hace ya más de 30 días que las exportadoras y las molinerías tenían que garantizar el precio Fas teórico. Esta no es una discusión por la rentabilidad del trigo, es por la captación y por maximizar la captación del precio internacional que tiene el trigo”.
Esta situación hace que no se encuentre sentido a las medidas de fuerza por parte de los productores: “Muchos periodistas me preguntan si el paro es político y yo les respondo como respondemos los gringos del campo: si tiene cabeza de chancho, cuerpo de chancho, cola de chancho, pata de chancho y hace ‘cuchi cuchi’, póngale la firma que es un chancho. Yo no quiero polemizar sobre la política pero yo tampoco entiendo el sentido. Nos pueden recriminar cualquier cosa, pero hemos trabajado como burros al lado de los productores y de los intendentes para encontrar la respuesta que los productores necesitan”.
En la extensa conferencia el ministro también hizo referencia a los trabajadores rurales y señaló que a éstos también les tendría que ir bien si el campo es rentable: “Es inhumano que haya compañeros argentinos que estén en condiciones infrahumanas. Creo que esto requiere del concurso y la sinceridad de todos, y del Estado poder trabajar en la inspección de las condiciones, hay que garantizar que se respeten las condiciones mínimas de trabajo”.
Además de afirmar que va a seguir trabajando para disipar los conflictos y acompañar al productor, Domínguez no escapó a la pregunta que se le hizo sobre el supuesto determinante rol del secretario de Comercio, Guillermo Moreno, en la problemática: “La medida es una sola y quien decide es la presidenta, yo la ejecuto en mi cartera. Yo soy el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de la República Argentina, mi tarea esencialmente es garantizar la producción y el destino de los productores. La negociación conmigo no es sobre el tema de comercio, a mí se me planteaba que en la Argentina haya más trigo, no queremos que falte trigo. Gracias a Dios hay rotación del suelo, tenemos una cosecha extraordinaria de trigo y hemos recuperado los productores que habían dejado de serlo con una intervención selectiva en el sudoeste, en parte de Entre Ríos, en el norte de Santa Fe y vamos a seguir haciéndolo”.

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2011-02-04 00:00:00
Etiquetas: Bahía Blanca.
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