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REFORMA PREVISIONAL

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La mejor opción es asesorarse

El lunes 16 de julio tuvo lugar en el salón de actos de la Cooperativa
Obrera Ltda., ubicado en Zelarrayán 560, una reunión informativa convocada
por Previsol AFJP, en la que disertó el gerente general de Previsol, Lic.
Eduardo Kanevsky. El motivo del encuentro fue analizar en profundidad el
Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones a partir de la nueva ley
previsional.
Haciendo un repaso inicial al nuevo contexto que determina la ley, el
gerente general de Previsol sostuvo que “el gobierno ha reformado a partir
de principios de año la ley previsional, lo cual creemos nosotros que tiene
importancia, porque en Argentina cuando la gente llega a los 60 años, las
mujeres tienen cerca de 20 años de expectativa de vida por delante, y los
hombres 18 años en promedio. Eso significa que a partir de que se ingresa a
la pasividad hay muchos años por delante, y es lógico y justo que la gente
reclame una vejez digna, una vejez con recursos que permita sufragar las
necesidades, y no sólo necesidades, sino el disfrute de esa etapa de la
vida que es cuando uno deja de trabajar”.
“En el esquema que ha planteado el gobierno, la gente tiene más
libertad en materia previsional. A partir de 1994 la novedad era que había
que optar entre el sistema de reparto o afiliarse a una AFJP”. Así,
Kanevsky hizo referencia a la modalidad que tuvo la anterior ley que ante
la falta de adhesión voluntaria por parte de de un trabajador era
compulsivamente derivado a una AFJP.

Las diferencias
El sistema integrado de jubilaciones y pensiones fue reformado en el
año 1994 a consecuencia de un conjunto de crisis que se venían insinuando,
no sólo en nuestro país, básicamente por cuestiones demográficas, lo que se
llama un envejecimiento de la población: “La gente tiene más expectativa de
vida, la tasa de crecimiento de la población es menor, la mayoría de las
familias tienen menos hijos, todo esto ha llevado a que cada vez sea más
pesado para los estados sostener su sistema jubilatorio de reparto”.
Cuestiones generales éstas que se profundizan en Argentina, según Kanevsky,
como “la desocupación, la precarización, la evasión, el descontrol de las
prestaciones de invalidez que se habían generado en algunas jurisdicciones
provinciales, y también causas sociológicas, como la falta de
credibilidad”.
El lic. Kanevsky aludió a que el sistema de reparto, administrado por
el Estado, es un sistema difícil de sostener incluso para los países
desarrollados como Francia: “El sistema de reparto se denomina sistema de
beneficio definido, o sea el Estado decide cuál es la jubilación que le va
a proporcionar a los trabajadores cuando llega la edad de la jubilación.
Lamentablemente, tenemos que decir que en líneas generales el Estado desde
mediados del siglo pasado fue prometiendo mucho y cumpliendo muy poco, ahí
quedaron el 82%, el 75% para las pensiones, etc.”.
Por el contrario, el de capitalización es un sistema no de beneficio
definido sino de contribución definida, es decir, está prevista una cuenta
donde el afiliado va acumulando sucesivamente las contribuciones a la
seguridad social que va haciendo.
Las prestaciones del sistema de reparto se otorgan con 30 años de
servicios con aportes acreditados que el trabajador debe justificar. Ahora
bien, “hay otras prestaciones como la de edad avanzada que es una
prestación que otorga el estado a aquellos trabajadores que llegan a los 70
años y no pueden demostrar haber tenido sus aportes, pero como mínimo
tienen que tener 10 años de aportes justificados”.
En cambio, “el sistema de capitalización no tiene ningún requisito de
años de servicios acreditados, es decir, la jubilación se va a conceder a
una cierta edad y sobre la base del fondo que tenga acumulado en su cuenta
de capitalización. También hay una atención por fallecimiento y por
invalidez que se calculan de la misma manera para cualquier sistema”.
En ambos sistemas la edad para jubilarse es de 60 años para las mujeres
y de 65 años para los hombres.

El financiamiento
La pregunta es de dónde sale la plata para pagar las jubilaciones: “En
el reparto está basado en el principio de solidaridad que dice que los
trabajadores jóvenes activos aportan el dinero para pagar a los
trabajadores pasivos que se han ido jubilando o pensionando. Este pacto
intergeneracional se fue deteriorando con el tiempo: imagínense que si un
trabajador aporta el 10% y un empresario lo mismo, para pagar a un pasivo
se necesita por lo menos entre 4 y 5 activos que hagan sus aportes
regularmente”, Se requirió entonces, según Kanevsky, “la constitución de
una asistencia por cada pasivo, el sistema se trasformó y pasó a ser un
sistema de reparto asistido” con recursos adicionales que fijan las leyes,
mientras que “en el de capitalización se abre una cuenta para cada
trabajador y se van acreditando los aportes”.

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2011-10-25 10:11:13
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