El movimiento campesino paraguayo agota su paciencia esperando que el presidente Fernando Lugo cumpla su promesa electoral de desarrollar el proyecto de reforma agraria, y distribuya tierras entre los cultivadores que carecen de ella. La Federación Nacional Campesina anunció que reinician la ocupación de propiedades en poder de extranjeros, principalmente las fincas de soja que están en poder de agricultores brasileños.
El director del Instituto de Desarrollo Rural y la Tierra, Alberto Alderete, explicó que antes de desarrollar plenamente la reforma agraria integral, hay que realizar trabajos técnicos. Pero para los sectores campesinos que esperan desde hace muchos años modificaciones estructurales que les permitan vivir dignamente con su trabajo, las palabras ya no convencen. Desde 1994 realizan marchas y reclamos a favor de una urgente reforma agraria.
La Mesa Coordinadora de Organizaciones Campesinas advirtió a Lugo que si la reforma agraria no avanza, incrementarán sus protestas. Argumentan que la pobreza de los pobladores rurales aumentó durante los últimos años, y es urgente la necesidad de disponer de parcelas para cultivar. Los diferentes movimientos campesinos coinciden en que el gobierno si quiere dar soluciones, tendrá que tomar decisiones drásticas y a corto plazo. Pablo Ojeda, dirigente de esa mesa campesina, advirtió que si antes de un mes no hay respuestas concretas del gobierno, iniciarán el bloqueo de rutas y la ocupación de fincas privadas.
Los campesinos no ocultan su disgusto de que Lugo no sólo no inició la prometida reforma agraria, sino que tampoco recuperó tierras que son ilegalmente ocupadas por extranjeros. Piden a Lugo que expulse por decreto a los empresarios sojeros brasileños, que según ellos están explotando tierras de forma ilegal. 

Por Carlos Iaquinandi, Agencia SERPAL, Servicio de Prensa Alternativa. www.serpal.info