El presidente ecuatoriano dispuso expulsar del país a un agregado militar de la embajada norteamericana en Quito, acusándole de haber condicionado la continuidad de una ayuda económica para combatir el contrabando. Durante el programa radiotelevisado “Diálogo con el presidente”, Rafael Correa expresó: «Señor canciller, escúcheme; le da 48 horas a este señor Armando Astorga (agregado de la embajada estadounidense) para que coja su maleta y se largue del país. ¡Aquí no vamos aceptar que nadie nos trate como colonia!».
A continuación el presidente acusó al funcionario de tratar de «someter» a la Policía ecuatoriana con una ayuda por 340.000 dólares destinada a combatir el contrabando. Indicó que en esa unidad ecuatoriana de operaciones que recibe financiamiento de los Estados Unidos, “ellos calificaban al personal y al comandante de la unidad”. “Yo di orden de terminar con eso”, explicó Correa, y la respuesta fue la de condicionar la ayuda económica. “Señor Astorga, dijo el presidente ecuatoriano, quédese con su sucio dinero, no lo necesitamos; aquí hay soberanía y dignidad”. Añadió irónicamente que su gobierno destinaría una donación de similar importe al gobierno norteamericano «para financiar proyectos que eviten la tortura en cárceles como la de Guantánamo”.
El distanciamiento diplomático entre el gobierno ecuatoriano y los Estados Unidos se inició a poco de asumir Correa y ratificar su compromiso electoral de no renovar el permiso a EEUU para el uso militar de la base área de Manta, sobre el Pacífico. A fines del año pasado, el gobierno de Correa denunció la infiltración de miembros de la CIA en los servicios de inteligencia ecuatorianos, lo que determinó una reestructuración de los cuadros de esos organismos nacionales de seguridad. El presidente indicó que “mientras esté el gobierno de la revolución ciudadana, aquí primará la soberanía ecuatoriana”.

Por Carlos Iaquinandi, Agencia SERPAL, Servicio de Prensa Alternativa. www.serpal.info