Para negociar con posibilidades de acuerdo, es imprescindible que las dos partes, en este caso gobierno y oposición, tengan el ánimo de alcanzar ese punto de encuentro. Pero es evidente que no era esa la intención de los prefectos opositores, que sólo han pretendido dilatar indefinidamente las conversaciones con argumentos y excusas diversas.
Durante los 24 días de negociaciones, el gobierno de Evo Morales hizo concesiones con respecto a algunos de los temas que le plantearon los prefectos de Santa Cruz de la Sierra, Beni, Tarija y Cochabamba. Pero estos finalmente se negaron a suscribir un documento común, argumentando que no habían sido satisfechas todas sus demandas. El gobierno -que reiteradamente propuso el diálogo para buscar consenso- indicó que ahora es el Congreso quien debe convocar el referéndum por el cual los bolivianos decidirán si aprueban o no la Nueva Constitución Política del Estado. La Asamblea Constituyente aprobó en su día por mayoría el nuevo texto, con ausencia de los opositores que no tenían número suficiente para bloquear la sesión definitoria.
Evo Morales y su gobierno pretenden ahora que sea el pueblo boliviano quien con su voto otorgue o niegue legitimidad a la nueva Carta Magna, que incluye cambios importantes en la organización social, política y económica. Básicamente, reconoce derechos que siempre les fueron negados a las comunidades indígenas y crea formas de participación democrática. Desaparecen las normativas que apuntalaron las políticas neoliberales. Se define la extensión y condición de la tierra para ser considerada latifundio, por ejemplo cuando es una tenencia improductiva o lo es por medio de servidumbre o semiesclavitud.
El Congreso será el escenario donde se definirá la convocatoria. El gobierno y gran parte de la población exigen que el Congreso convoque el referéndum para que el pueblo decida democráticamente. Las organizaciones sociales, campesinas e indígenas preparan una gran marcha sobre La Paz que partirá el lunes 13 para reclamar que se apruebe la consulta. La oposición, que se sabe minoritaria, seguramente tratará de impedirlo de cualquier forma.

Por Carlos Iaquinandi, Agencia SERPAL, Servicio de Prensa Alternativa. www.serpal.info