Con
aportes estatales y de la propia Universidad Nacional del Sur, se llevará a
cabo un proyecto para valorizar productos regionales agroalimentarios y
desarrollar otros nuevos en los complejos apícola y olivícola.

Dos
millones de pesos son los que destinará el Estado para que se inviertan en un
proyecto para desarrollar nuevos productos agroalimentarios regionales en los
complejos apícola y olivícola. Al mismo tiempo, la Universidad Nacional del Sur
pondrá lo suyo en cuanto a sueldos y recursos para investigación para que el
proyecto se ponga en marcha y tienda, además de lo dicho, a la valorización de
los productos ya existentes por sus atributos de calidad e identidad
territorial.
Según se informó desde la UNS, se trata de la iniciativa “Productos
agroalimentarios del sur pampeano. Diversificación, calidad e identidad
regional”. La misma será financiada dentro de los proyectos “AgroValor”, un
programa de la Secretaría de Políticas Universitarias de la Nación que en el
ámbito local coordina la Subsecretaría de Vinculación Tecnológica de la UNS.
Del proyecto formarán parte 17 investigadores de los departamentos de
Agronomía, Química, Ingeniería Química, Biología, Economía y Ciencias de la
Administración de la UNS. También lo integrarán miembros de diferentes
cooperativas vinculadas a la temática del proyecto.
El doctor Pablo Marinángeli es el subsecretario de Vinculación Tecnológica de
la UNS y con el conversó EcoDias acerca de la idea a desarrollar: “Se trata de
un proyecto que está subsidiado parcialmente por el Ministerio de Agricultura,
Ganadería y Pesca de la Nación y por la Secretaría de Políticas Universitarias
que depende del Ministerio de Educación, y en este proyecto que es una
convocatoria que hicieron en su momento los ministerios para que las
universidades identifiquen en la región cadenas de valor agropecuarias que sean
mejoradas a través de conocimientos que haya generado la universidad y que sean
transferibles. Lo interesante y lo novedoso de este tipo de subsidios, de
aportes del Estado es que lo que requiere es que la universidad transfiera los
conocimientos que pueden ser del tipo científico, tecnológico pero que no han
llegado al medio, al medio productivo. Los productores son los que tienen que
ser directamente beneficiados con este proyecto”.
En cuanto a los objetivos que se persiguen, Marinángeli señaló que la UNS
propuso un proyecto interdisciplinario y de allí la participación de los
departamentos que intervendrán en dos cadenas: “La cadena apícola y la cadena
olivícola. Esto fue porque consideramos que son dos cadenas que tienen
relevancia en la región, que están involucrados principalmente pequeños
productores, que se puede hacer un aumento de la producción, un aumento del
valor de los productos a través también de la comercialización. La convocatoria
se llama AgroValor porque la intención es hacer agregado de valor a esas
cadenas”.
Marinángeli dice que consideran que en esas cadenas se puede hacer un real
agregado de valor y el productor puede estar beneficiado en diferentes
aspectos: “No solamente en mejorar y aumentar la producción como se propone, en
diversificar los productos, por eso también el nombre del proyecto tiene que
ver con la diversificación de la producción. En el caso específico de la
apicultura, la intención es que el productor no solamente produzca miel y a
granel sino que además de producir miel y que esa miel esté identificada,
caracterizada y pueda hacer vendida como un producto de más valor por tener esa
identificación, va a haber un sello de calidad de la universidad, se
diversifique la producción a través de la producción de polen”.
Agregó que se trata de una actividad con mucho potencial en la región siendo
ésta última muy buena para producir polen: “La productividad potencialmente es
muy alta, entonces en este caso por ejemplo se va a instalar un horno de secado
que está diseñado con gente de la universidad, se va a instalar un horno que va
a tener capacidad a nivel productivo o sea no es experimental sino que es un
horno a nivel producción de secado y de polen, y un envasado. Y aparte ese
producto se va a caracterizar órgano eléctricamente, se va a caracterizar
químicamente y va a estar certificado por la universidad como un producto de
cierta calidad y cierto origen”.
El mismo proceso se va a realizar con la parte que compete al aceite de oliva “para
hacer una diferenciación del producto y que esto le pueda dar un mayor valor en
el mercado”.

Sustentarlo en el tiempo
Más allá de que los productos regionales como el aceite de oliva son
comercializados, Marinángeli comentó: “Lo que nosotros vamos a proponer como
diferencia, además de tratar de lograr un aumento en la productividad es que
ese aceite sea identificado regionalmente y fuera de la región como un aceite
de mejor calidad. Ya se sabe y cualquier persona de la región o mucha gente
sabe que el aceite regional es mejor.
Es reconocida la calidad órgano eléctrica, son aceites de muy buenas
cualidades, de sabor y de aromas pero no está valorizado eso, no está explotado
comercialmente. Lo que nosotros vamos a hacer es hacer esa caracterización y
hacer una certificación, al menos una certificación de la universidad que diga
que tiene tales y cuales características”.
De esta manera se benefician todos los componentes de la cadena de producción:
“Claramente ese es el objetivo, cuando nosotros tuvimos que ir a defender el
proyecto al ministerio, hicieron mucho hincapié en que el beneficio tiene que
ser directamente para el productor. Eso es una transferencia tecnológica, el
dinero está hecho para que ellos puedan lograr un aumento en la cadena de valor
en lo posible en todos los eslabones”.
 Además de que se va a comprar un
equipamiento especial que va a estar al servicio del productor, Marinángeli
puso énfasis en la parte de la UNS que refiere a la investigación y que es de
mucha importancia: “Primero porque si bien la universidad hace investigación en
muchas disciplinas y hace investigación del tipo básica, también se hace
investigación aplicada y en el mayor número de oportunidades, la investigación
aplicada debiera llegar al medio, a diferentes medios. En nuestro caso tener un
impacto en el medio regional es muy importante, sobre todo para disciplinas
como la Agronomía o la Ingeniería Química, nuestro objetivo es hacer investigación
realmente aplicada y que impacte en los sistemas productivos.
Por otro lado también es importante a nivel de formación de recursos humanos,
en todos los niveles, tanto en los de grado que es a lo que normalmente la
universidad apunta principalmente pero también se van a realizar posgrados y
también se va a hacer capacitación.
La intención es que los productores puedan también reconocer el valor que puede
tener su producción más allá de lo que hoy por hoy tienen.
Incluso hay una parte del proyecto que apunta a la posibilidad de exportar
aceite de oliva y eso es todo capacitación que se le va dando a los productores”.
A pesar de que el proyecto tiene una duración de dos años, se intentará
extenderlo en el tiempo. “El proyecto dura dos años, a nosotros nos financian,
ese dinero vamos a tratar de invertirlo lo antes posible para que no se
desvalorice y poder hacer lo que son las inversiones en el primer año
posiblemente o primer año y medio del proyecto. Al fin del segundo año nosotros
tenemos que demostrar efectivamente que hemos producido un impacto positivo y
un aumento del valor de la producción de estos productos en particular. La idea
es que se sustente en el tiempo y todo este sistema siga e incluso se
intensifique o sea se logre que más productores se incorporen a esta
certificación, que se logren mejoras aún mayores en la producción, el proyecto
tiene que ser sustentable, es otra de las patas que tiene y que nos exige el
ministerio”.