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Por Verdad y Justicia

Tres décadas nos separan del inicio de la última dictadura en Argentina.
Nuestra ciudad, Bahía Blanca, como tantas otras ciudades, fue golpeada duramente por el terrorismo de estado.
Secuestros, torturas, asesinatos, enfrentamientos fraguados, apropiación de bebés, crímenes y la continua acción psicológica tendiente a dejar a una sociedad inmersa en los barros del terror, el miedo, la mentira. Acción psicológica destinada también a romper con los lazos de solidaridad existentes en nuestra sociedad.

Genocidio es la palabra indicada para nombrar el crimen que se comete contra un pueblo o grupo nacional, étnico o religioso. La ONU califica al genocidio como la negación del derecho de existencia de grupos humanos enteros, agregando que tal negación de los derechos de existencia causa una gran pérdida a la humanidad toda.
Durante los años de la dictadura en Argentina se maniobró en pos de la destrucción de un grupo nacional. Un grupo que fueron formando a medida que incluían individuos que se manifestaban en contra del plan económico en ejecución, que ponía a nuestro país definitivamente de rodillas y cuyos resultados están hoy a la vista de todos. Cualquier persona que los dictadores consideraran sospechosos de entorpecer la realización de sus planes debía ser eliminado.

Decir que en Bahía Blanca pasaron cosas no es sencillo. Reconocemos que hemos sido educados para la no memoria.
Decir que en Bahía Blanca pasaron cosas es querer atravesar umbrales infranqueables hacia esa palabra callada atrozmente en un silencio demasiado enérgico en el que están sumidos tantos bahienses.
Decir que en Bahía Blanca pasaron cosas es querer recordar, querer sacar a la luz, querer poner a los ojos de todos lo que nos ocultaron. Es trabajar para que colectivamente recuperemos una historia que no nos quisieron contar o que nos contaron trucada. Es dejar de tener miedo y poder recordar y poder nombrar y poder contar…
Decir que en Bahía pasaron cosas es querer ponerle rostro y nombre y apellido a los secuestrados, a los asesinados, a los desaparecidos… y ponerles nombres también a los asesinos y delincuentes y a sus cómplices.
Los enfrentamientos inventados, fraguados, publicados como noticias verdaderas en el diario La Nueva Provincia de aquellos años son un claro ejemplo de cómo el terrorismo de estado quería afianzar en la sociedad la idea de que había una guerra. Un claro ejemplo de cómo con la complicidad de los medios de comunicación lograron que el engaño llegue a la población.
¿Cómo puede ser que una persona sea secuestrada a la vista de todos en un barrio de otra ciudad y que luego aparezca muerta en un enfrentamiento en las calles de Bahía Blanca? ¿Cómo es que antes de apresar a un supuesto subversivo ya sepan su nombre y apellido? Eran enfrentamientos fraguados, supuestos enfrentamientos que se armaban para causar pánico en la ciudadanía y formaba parte de la acción psicológica-ideológica sobre la población que perseguía obviamente el desmoronamiento de las relaciones sociales…
“Cualquiera podía ser el enemigo”. La propaganda, la insistente intimación a denunciar “a su vecino si ve actitudes sospechosas”… y la impunidad. ¿Cómo es posible que dos trabajadores gráficos del diario La Nueva Provincia aparecieran muertos con 52 tiros en un campo de Bahía Blanca y las fuerzas del orden no se inmutaran siquiera para dar con los autores materiales e intelectuales de ese secuestro y doble asesinato? ¿Cómo es posible la existencia de “La Escuelita”, un Centro Clandestino de Detención en Bahía Blanca? ¿Cómo es posible que tantos desaparezcan en una ciudad tan pequeña y las fuerzas del orden no se preocupen por descubrir nada? Mentira, impunidad y complicidad. Estas son las palabras indicadas para resumir algunos por qué.
A 30 años queremos recordar. Recordar a las víctimas de este terrorismo de estado y decir ¡Presente! por uno y cada uno de los que fueron desaparecidos, asesinados, arrancados de la vida.
Queremos saber la verdad sobre el destino de todos los desaparecidos y también de los niños nacidos en cautiverio.
Queremos reclamar justicia para que todos los genocidas sean juzgados y castigados.
Queremos unirnos a quienes dicen ¡Ni perdón ni olvido!
Queremos decir que reclamamos por verdad y por justicia sobre los delitos de lesa humanidad cometidos en Bahía Blanca y el país todo.
Y sobre todo queremos unirnos al grito de ¡Nunca Más!

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2006-03-19 00:00:00
Etiquetas: Bahía Blanca.
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