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No habrá más penas ni olvidos

No habrá más penas ni olvidos

Eduardo A. Hidalgo

Frente a la violencia existente, esta sociedad ejerce su falta de memoria y
solidaridad. Responde exigiendo más violencia. ¿Tropezará otra vez con la
misma piedra?
Para algunos dirigentes políticos, empresarios, periodistas y ciudadanos,
en especial de clase media arribista, con arrogancia y altanería asumidos
en su individualismo, desertores en la construcción de comunidad, suelen
echar hoy mano a esa identidad, hipócrita y cínicamente, cuando reclaman.
Egoísmo y falta de memoria.
El gobernador Scioli los acompaña. Con el pensamiento de sus antecesores
Duhalde y Ruckauf pone en marcha la “mano dura”. Coincide con Macri que
dice “esto hay que solucionarlo como sea” frente a la muerte de un policía
federal. Scioli firma convenios con Uribe en Colombia (¿?), para mejorar lo
que ellos llaman “seguridad”. Encolumnan su egoísmo y olvido, a aquel otro
pensamiento de “con los menores algo hay que hacer”. Menos resolver con
criterio de humanidad. Aplican la misma ideología que cuando nos empujaron
al abismo en los 90. Entregaron el patrimonio nacional -privatizaciones
mediante- porque “algo había que hacer” con las empresas estatales que “el
Estado no debía tener en su poder”. Los mismos, reciclados y enmascarados
en cargos obtenidos en alianza con un proyecto que los blanquea pero que no
les importa. Un patético y grave error político de quienes impulsaron esas
alianzas, porque todos no somos iguales. Salvadores de la dignidad que no
quieren pagar por su riqueza acumulada, e intentan desestabilizar la
institucionalidad como en los 100 días “del campo”. Cobosgate mediante,
vendido como conducta digna. Montados hoy en defensa de que los fondos
jubilatorios sigan en manos de especuladores y no que se sumen a la
comunidad solidaria pública. Todo les sirve para apuntar al núcleo duro de
determinadas decisiones políticas, pocas, insuficientes y a veces
contradictorias pero válidas, echando mano a razonamientos manipuladores, y
que el individualismo egoísta parezca una forma de sensibilidad social.
Reclamaron con todos por el corralito. Cuando recuperaron sus depósitos
nunca más se los vio apoyando nada de corte social.
“La violencia de arriba engendra violencia de abajo”, cuando no hay
ejercicio pleno de derechos. El gobernador Scioli no propone soluciones.
Estigmatiza a los docentes que no se someten a acompañar la destrucción de
la escuela pública en la provincia. Derecho a la Educación, básico y
esencial, para ir resolviendo con una herramienta -al menos en parte- la
cuestión de la violencia y los menores. Existe una ley de minoridad, que
por sí sola no resuelve el problema. Pero no invierte en ella para llegar a
los menores con grupos multidisciplinarios, con inclusión, etc. Sólo más
violencia y exclusión.
Toda la legislación de los 90 fue para legalizar el saqueo, y la violación
insoportable de los derechos de una gran mayoría de nuestros compatriotas.
La propuesta del gobernador Scioli que viene de ese pasado, del intendente
Breitenstein, de Blumberg, del arribismo medio, y de mucho ignorante
aborregado, es “mano dura” con los menores. Es el pensamiento faccioso de
mucho irresponsable, que luego tampoco asumirá las consecuencias, si logran
bajar la imputabilidad de los menores. Intentarán entonces tranquilizar sus
conciencias justificándose con “por algo será” o “algo habrán hecho”.
Faltaría para concretar la exigencia, que se firme un nuevo “decreto de
aniquilamiento” y que lleguen los que haciendo su interpretación pongan en
marcha la “justicia social” del exterminio, para el retorno de la violencia
genocida. ¿Y Julio López? ¿Y Giuliano Gallo? Hay que erradicar esta
ideología que divide, que atenta contra la democracia construyendo
sociedades más violentas y perversas.
Hace falta profundizar el compromiso y no la irresponsabilidad. Vida digna,
donde los niños, niñas y jóvenes nunca más tengan la vergüenza del subsidio
en lugar del trabajo para sus padres. De filas en comedores en lugar de
mesa familiar. De miles de dificultades aún no resueltas y que
aceleradamente deben resolverse, porque sino terminarán negándoles
definitivamente el ejercicio pleno de todos sus derechos y el libre acceso
al porvenir.

Eduardo A. Hidalgo es secretario general de la Asamblea Permanente por los
Derechos Humanos de Bahía Blanca

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2011-10-25 10:11:13
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