La Biblioteca Bernardino Rivadavia recibió un subsidio de 323.000 pesos para la restauración, mejoramiento e iluminación del exterior del edificio de av. Colón 31.

El subsidio otorgado por Presidencia de la Nación a través de la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (CONABIP), se concretó por la firma de un convenio entre la Nación, la Municipalidad y la Biblioteca. La institución es la que controla la obra a partir de la solicitud realizada, mientras el municipio hace el llamado a licitación, hace la contratación de los profesionales y de la empresa, controla la obra y hace la rendición de cuentas.
La rúbrica se efectuó el viernes 12 de junio en el Salón de la Mujer de Casa Rosada, con la presencia de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, el arquitecto Abel Fatala y el director del Instituto Cultural local Federico Weyland. En representación de la Biblioteca estuvo presente Néstor Cazzaniga,
vicepresidente de la Asociación Bernardino Rivadavia.
En el acto el gobierno nacional entregó subsidios similares a 48 bibliotecas del país por un monto superior a los 7 millones de pesos, destacándose el aporte realizado a la entidad bahiense.
“En el año 2003 tuvimos una iniciativa de pedir al gobierno un subsidio para este edificio que básicamente consistía en hidrofugar el edificio. La hidrofugación consiste en reparar todas las paredes externas y darles una cobertura que permite que la humedad salga de la pared pero no entre. Es una proyección con productos bastante buenos, bastante caros. Vamos a cubrir todas las paredes externas que dan a los patios”, explicó Cazzaniga.
“En el año 2003 recibimos la visita de Torcuato Di Tella, secretario de Cultura de la Nación en ese momento y a través de él hicimos el pedido. Al mes Di Tella renunció, entonces creímos que el proyecto se había caído. Pasó un tiempo bastante largo y en el 2006 tuvimos noticias que ese expediente estaba todavía vigente y nos pedían una actualización de los montos que habíamos solicitado”.
Hasta allí una historia repetida. Pero hace poco menos de un mes llegó la noticia que fue recibida con mucha alegría. “Nos comunicaron que definitivamente se habían otorgado 323.000 pesos para cubrir ese proyecto. Así que fue un proyecto gestado muy lentamente y gracias a la persistencia de mantenerlo como objetivo para la Biblioteca se concretó.
También se arreglarán las persianas de hierro del frente del edificio que están muy gastadas y oxidadas, incluso hay algunas que no abrimos por precaución, lo cual también le da al edificio una apariencia de fortaleza cerrada en vez de parecer una institución abierta que es lo que pretende la Biblioteca.
Además de reparar las persianas del frente tenemos previsto iluminar el edificio”.
Tal como explica Cazzaniga, cuando uno entra al edificio, se lo ve en buenas condiciones, pintado, mantenido y en actividad, pero por fuera el estado es producto del paso del tiempo y la falta de mantenimiento.
“Uno puede pensar que es tan simple como pintar una pared pero son tantos metros cuadrados que no es sencillo, ni accesible”. Según Cazzaniga los trabajos finalizarían para el año 2010.

Patrimonio de todos
El edifico fue declarado Patrimonio Histórico de la Municipalidad de Bahía Blanca, con grado de protección cinco. Esto significa que el edificio no se puede intervenir. Por ejemplo, el grado uno exhorta a mantener intacta sólo la fachada mientras que en el interior del edifico se pueden hacer cambios. El grado dos protege la fachada y el hall de acceso, y así continúa la graduación de protección hasta el nivel cinco que prohíbe la intervención de cualquier tipo en la edificación, puesto que la integridad del edificio es considerada un valor patrimonial en sí mismo.
Luego llegó la designación de Patrimonio Arquitectónico de la Provincia de Buenos Aires. Y el año pasado en el año 2008 fue declarado Monumento Histórico Nacional el Poder Ejecutivo Nacional por Decreto N° 1.592 debido a la riqueza arquitectónica del edificio, así como su patrimonio bibliográfico, el cual está integrado por alrededor de 156.000 volúmenes, incluyendo ejemplares raros y antiguos como una edición veneciana del año 1515 de «La Farsalia» de Lucano. También se tuvo en cuenta la hemeroteca, que incluye todos los diarios publicados en Bahía Blanca desde el año 1883.