La Comisión Municipal del Discapacitado se sumó a las críticas respecto al funcionamiento del Instituto de Rehabilitación del Lisiado (IREL), exigiendo el cumplimiento de los objetivos para lo cual fue creado.
Además, reclama por la firma del convenio que ya lleva, señalan, dos meses de atraso.
En la edición 333 se publicaba en estas páginas la reseña que la docente de la Escuela Especial 509, Zulma Redel, hacía sobre el conflicto que existe con I.R.E.L. y los reclamos por la falta de cumplimiento de las prestaciones por parte de esa institución.
Además, Redel señalaba que I.R.E.L. había dejado de ser aquello para lo cual fue constituido y hacía mención a la ordenanza 1.121 del año 1958, en la que la Municipalidad daba un terreno al instituto para que construya un centro de rehabilitación al lisiado. Esa misma ordenanza afirma que de no prestarse el servicio, todo pasaría a manos del Hospital Municipal, esto es, dependencias comunales.
Ese convenio venció en el año 2008 y aún no fue renovado. Es más, hoy se encuentra en manos de la Municipalidad.
Las críticas y pedidos no son sólo de los docentes de la Escuela 509. Familiares de quienes no reciben las prestaciones y otros organismos también se suman al pedido para que la institución vuelva a brindar el servicio para el cual fue fundada. Y el planteo es que el gobierno municipal de Cristian Breitesntein no avance en la renovación automático del convenio y exija previamente a la comisión directiva de I.R.E.L. que cumpla con su deber de atender a las personas que necesitan de la atención.
A través de su presidente, Alberto Rantucho, la Comisión Municipal del Discapacitado de Bahía Blanca dio a conocer ante EcoDias su posición al respecto. Nuestra opinión no varía de lo que sucedía hace dos años atrás. Nosotros queremos que se resuelva de una vez por todas, y el convenio sigue sin firmarse. En octubre van a ser dos años que se venció el anterior y nos parece una barbaridad el tiempo transcurrido. Nosotros sostenemos que hay que compatibilizar, en algunas cuestiones habrá que ceder en alguna medida, pero no podemos dejar de pensar que el convenio que se firme indique que IREL tiene que cumplir con los que fijan sus estatutos y para lo cual fue creado, que es la atención integral de la persona con discapacidad.
Esa atención, continúa Rantucho, debe brindarse tanto a personas que nacen discapacitadas o quedan con alguna discapacidad como también a los pacientes crónicos a los cuales, señala, tampoco se los atiende: Pretendemos que el servicio sea realmente completo, que no haya falencias -como existen en el momento- y que IREL se aboque específicamente a la tarea que le corresponde.
Dedicados a otras prestaciones
El reclamo no termina en que se otorgue el servicio que corresponde sino también en que la institución cuente con los profesionales que se necesitan para la tarea.
En ese sentido, Rantucho habló de falta de personal y de que actualmente I.R.E.L. se encuentra abocado a prestaciones que no tienen que ver con la rehabilitación de personas lisiadas: Esta cuestión se obviaría si cumplieran con lo que específicamente corresponde, que es la rehabilitación y el tratamiento de la persona con discapacidad motora, sean pacientes que necesitan de rehabilitación o sean crónicos, es decir, personas que requieren de una atención permanente. Sabemos que no se está cumpliendo y allí es donde pretendemos que el nuevo convenio establezca un mayor control de la actividad que está desarrollando la institución. Y que se le exija la incorporación del personal indicado para un tratamiento como el que corresponde brindar.
Consultado sobre cuáles son los servicios que hoy ofrece I.R.E.L. y que no refieren a rehabilitaciones, Rantucho manifestó que son aquellos que tienen que ver más con la estética y que no están encuadrados dentro de los que la institución establece en su estatuto: Insisto, a nosotros eso tampoco nos preocupa tanto, pero que no se haga en desmedro de lo que debe brindar como institución. Si estuvieran cumpliendo con sus objetivos, eso no sería un inconveniente pero hay quien piensa que no tendría por qué brindar esos otros servicios que, evidentemente, lo hacen por una cuestión económica.
La Comisión Municipal del Discapacitado, según se desprende de las palabras de Rantucho, no se posicionaría en contra de los servicios que no tienen que ver con los discapacitados, siempre y cuando se ponga en primer lugar el cumplimiento de las rehabilitaciones, si se brinda por cuestiones económicas y no disminuye la atención en rehabilitación, no tendría importancia.
Esperanza de un acuerdo
Redel había señalado que actualmente I.R.E.L. se maneja como una empresa privada. Rantucho, menos tajante, porque hay cuestiones que no se pueden saber de lo que es la cuestión económica. El abogado plantea una diferencia conceptual que, quizás, no anime actualmente el espíritu de la actual comisión directiva: Es una institución de bien público, que si bien es privada es de bien público. Tiene un convenio con el municipio, que hace su aporte y tiene la facultad de controlar para que esas tierras que se ceden y esos servicios que se brindan sean compensados con la atención a las personas de la comunidad que lo necesitan.
Dadas las denuncias que se recogen desde la Comisión Municipal del Discapacitado, Rantucho explicó que las mismas se basan en la falta de atención y los altos costos de las evaluaciones: Si la persona que va a I.R.E.L. es derivada por un profesional, se considera que esa derivación ya es suficiente para que a partir de allí tenga su atención. Ellos alegan que necesitan hacer su propia evaluación, lo cual no es inconveniente, pero tiene un costo muy elevado, y la gente no puede abonarla, tenga o no tenga obra social.
Rantucho se ilusiona en que arribe un acuerdo: Hay unas cuantas cosas que ya se fueron aceptando y pienso que quedan algunos detalles. Lo que nos preocupa es el tiempo que pasa. Estoy esperanzado de que va a haber un cambio, que no sé si va a ser el ideal, pero al menos un cambio importante en lo que es el funcionamiento de I.R.E.L. y el control que se le puede hacer.
Creo que ha habido una apertura importante en los últimos tiempos pero el problema es que se sigue demorando. Entendemos que el Poder Ejecutivo y el Concejo Deliberante tienen que ponerse firmes en que esto se resuelva. Se habló como última instancia de mayo, estamos en julio y seguimos sin resolverlo.
Silencio de radio
Mientras tanto, los meses siguen pasando. Los concejales no quieren hablar del tema, la institución, menos. Es un acuerdo, dicen como excusa.
Lo cierto es que como decíamos en la edición anterior, I.R.E.L. forma parte de esas instituciones de la ciudad que en épocas anteriores fueron intocables, por la calidad y desarrollo de su tarea y la transparencia en la gestión. Parte de esos espacios a los que nadie se atrevía a poner duda, como lo fue el denunciado Patronato de la Infancia. Nadie parece querer ponerle el cascabel al gato. El tema I.R.E.L. siempre resultó espinoso, tanto que todavía no ha logrado resolverse ni siquiera con la intervención de los funcionarios locales. De seguir así, todo indica que la cuestión llegaría a la justicia, lo cual tampoco es garantía de una pronta y favorable resolución a favor de las personas que carecen de respuestas sanitarias.
En el camino a los tres años sin respuestas están las personas, con sus problemáticas, sus cuerpos, sus discapacidades, sus angustias y sus deseos de que se haga bien lo que por deber se tiene que hacer.
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