Madres guatemaltecas mantienen su huelga de hambre reclamando por la devolución de sus hijos, robados por mafias que los venden ilegalmente a padres adoptivos. Instaladas frente al Palacio de Gobierno, las mujeres llevan cochecitos vacíos y carteles explicando sus demandas. Ana Escobar, Raquel Par, Loyda Rodríguez y Olga Angélica López son cuatro mujeres que llegaron desde distintas regiones del país. Unas son indígenas, otras mestizas, pero todas tienen en común que buscan a sus niñas secuestradas en el 2006. Una de ellas, Raquel, explica que proviene de Tecpán, donde una mujer le robó su pequeña de 11 meses. Con la ayuda de una organización social y una abogada, logró encontrar en migración una foto de su hija que había sido entregada en adopción a una pareja norteamericana. Ella reclama que el gobierno haga las gestiones necesarias ante el gobierno de los Estados Unidos para que los apropiadores ilegales de su hija, devuelvan cuanto antes a la pequeña. Las otras madres completan relatos similares, en los que el engaño o la violencia fueron empleados para arrebatarles a sus hijas, para ser entregadas en adopción a parejas estadounidenses. Norma Cruz de la Fundación “Sobrevivientes” que apoya la huelga de hambre, indicó que habían recibido numerosas adhesiones, pero que ningún miembro del ejecutivo o de la secretaría de DD.HH. había tomado contacto con ellas. “Estamos pidiendo que abran los archivos de migración – añadió- porque estamos seguras de que allí vamos a encontrar el paradero de muchas niñas y niños”. En los últimos cuatro años, se estima que 18.000 guatemaltecos fueron dados en adopción a familias extranjeras, principalmente norteamericanas, y en muchos casos se han detectado anomalías o irregularidades. Estas escalofriantes cifras, se complementan con otras sobre agresiones violentas a mujeres u otras formas de violencia social que parecen quedar en la impunidad por la inoperancia de la justicia guatemalteca. Días pasados, el diario guatemalteco Prensa Libre, señalaba en una crónica que el sistema judicial “es lento, complicado, ineficiente y que suele otorgar privilegios a quienes los obtienen de manera fraudulenta”. Y añadía: “Son demasiados los casos en que el resultado del funcionamiento de la justicia ha sido vergonzoso”. Las madres frente al Palacio de Gobierno, son el testimonio de esa ausencia de justicia.

Por Carlos Iaquinandi, Agencia SERPAL, Servicio de Prensa Alternativa. www.serpal.info