Reafirmando la debacle económica mundial, también la selva amazónica envía sus señales de socorro ante los depredadores que buscan el lucro rápido. El egoísmo capitalista no tiene límites propios, y carece de escrúpulos. Por eso no es de extrañar que desde Brasil nos lleguen noticias sobre las pérdidas de masa vegetal recogidas en imágenes satelitales.
Las propias autoridades admiten que a pesar de las iniciativas para limitar el despeje de tierras por las corporaciones madereras y el agronegocio, solamente en el mes de agosto se perdieron 756 Km. cuadrados de selva. El Instituto Nacional para la Investigación Espacial que utiliza esas imágenes para perseguir la tala ilegal, admitió que la densa nubosidad durante ese mes impidió recoger información de un 26% de la amazonía brasileña, con lo cual los datos reales pueden ser todavía más graves.
Por su parte, el ministro de Medio Ambiente, Carlos Minc, sugirió que los funcionarios locales están ignorando la tala ilegal para asegurarse los votos de los residentes locales que pretenden cultivar en la zona. Recientemente, el Fondo Mundial para la Naturaleza advirtió que más del 50% de la selva amazónica podría desaparecer antes del 2030 como resultado de la deforestación masiva. La destrucción de este pulmón de la tierra -que absorbe dióxido de carbono y emite oxígeno- provocaría daños irreversibles en el planeta y aumentaría los efectos del cambio climático, por ejemplo, con la disminución de las lluvias.

Por Carlos Iaquinandi, Agencia SERPAL, Servicio de Prensa Alternativa. www.serpal.info