Mientras la Organización Mundial de la Salud insistía en “no bajar la guardia” ante la posible extensión y gravedad del brote gripal de la cepa H1N1, en México el gobierno anunciaba el gradual retorno a la normalidad en las actividades escolares y laborales.
A menos de dos semanas de que se conocieran públicamente los primeros casos de la enfermedad, las cifras de víctimas fatales se mantenían relativamente estables en los dos países inicialmente afectados. Al momento de redactar este Mirador, 26 muertos en México y un bebé en Estados Unidos. Hay 1.284 casos denunciados en un total de veinte países con evolución favorable.
Si la tendencia se mantiene, el “ruido” en torno a la pandemia habrá sido muy superior a sus efectos reales. Es posible que las medidas preventivas hayan mitigado los contagios y la propagación. Pero lo que no podrá evitarse es el golpe al turismo, uno de los principales motores de la economía mexicana. La visita de turistas al país cayó en picada e incluso varios países cancelaron sus vuelos a México “hasta nuevo aviso”. Estos efectos se suman a la pérdida de trabajos en las regiones rurales, “efecto colateral” del acuerdo económico NAFTA que México firmó con EE. UU. y Canadá en 1994, y al fuerte descenso de las remesas que enviaban los millones de mexicanos que residen en el país del norte, donde muchos de ellos perdieron sus trabajos o sufren los efectos de la crisis capitalista.
Y lo que es desgracia para muchos, es “negocio” para pocos. Las multinacionales farmacéuticas que elaboran retrovirales, especialmente Roche, fabricante de “Tamiflu” y Glaxo (GSK) que produce “Relenza”, han visto subir sus ventas y sus acciones. Como ocurrió con el brote de gripe aviar, muchos miran con recelo y desconfianza las reiteradas advertencias de la OMS sobre un posible aumento de la virulencia del H1N1. Lo único seguro en este mar de incertidumbres y contradicciones es que los hermanos mexicanos -aunque pase la gripe- sentirán con más rigor aún los efectos de la crisis mundial del sistema económico.

Por Carlos Iaquinandi, Agencia SERPAL, Servicio de Prensa Alternativa. www.serpal.info