En momentos en que se habla de las necesidades de los servicios de terapia intensiva, desde el Hospital de la Asociación Médica de Bahía Blanca cuentan cuál es la realidad del área en su nosocomio.

El doctor Fernando Sierra (Mat. 110678) es especialista jerarquizado en Terapia Intensiva y llegó al Hospital Felipe Glasman en pleno periodo de transición de venta de lo que era el ex hospital Ferroviario a lo que después se convirtió en el Hospital de la AMBB. En ese 1999 Sierra asumió como jefe de Terapia Intensiva, área existente desde hacía años gracias al trabajo de los médicos Sardiña, Ambrosetto, Matoso y Pérez Martinetti quienes fueron los cuatro precursores de la especialidad a nivel local. En aquel momento el sector de terapia contaba con cuatro camas, y con un rediseño de esta unidad pasó a contar con seis.
Según Sierra nunca se puede hablar de tener la terapia intensiva ideal en el sentido estructural del servicio; si se toma en cuenta que debido al tipo de edificio ya no se puede seguir avanzando en reformas, se trazan objetivos que tienen que ver con cuestiones no menores: “Lo importante es que uno esté buscando permanentemente mejorar la calidad de la atención, nosotros podemos mejorar la calidad de la estructura y también la de la atención de los pacientes”.
El de las terapias es un problema nacional, por la saturación de las mismas. El hospital de la AMBB no es ajeno: “Hoy estamos con un porcentaje ocupacional por encima del 80% cuando un buen porcentaje está estipulado internacionalmente alrededor de un 70%. Nosotros estamos en un 86%, sobre todo en meses picos como estos de invierno que estamos en una ocupación del 100% prácticamente”.

Trabajo en conjunto
El sector de Terapia Intensiva del Hospital Glasman es de mediana y baja complejidad y trabaja de forma conjunta con el Hospital Privado del Sur, que cuenta con una unidad de alta complejidad, unidad coronaria separada y unidad de recuperación cardiovascular, es decir tres unidades críticas, además de neonatología. Todo esto habla de una buena estructura para recibir pacientes y a la vez de una complementación importante entre ambos hospitales: “Nosotros somos unidad polivalente, vemos tanto pacientes de terapia intensiva como de unidad coronaria. Por tener una cápita importante de los que es PAMI, aproximadamente 15.000 afiliados, tenemos una cápita no sólo de Bahía sino de sectores de la zona. Por eso tenemos gran demanda de camas, en algunos meses el porcentaje de pacientes de PAMI llega a superar el 70%. La Terapia Intensiva del Privado del Sur tiene siete unidades de terapia monovalente y ocho de unidad coronaria más seis camas de recuperación cardiovascular”.
Por otro lado, hablábamos de la calidad de la atención del paciente y de la necesidad de mejorarla permanentemente. Es por eso que para hablar de esa calidad, cuenta Sierra, se debe hablar de normatizaciones: “Tanto esta unidad como la del Privado del Sur están acreditadas por el Colegio Médico de la provincia de Buenos Aires y por la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva, cumplimos todos los requisitos que ellos piden en cuanto a gestión de calidad. Trabajamos muy en conjunto con normativas de la Sociedad y parte de esa normativa, o una cosa muy importante, es que los responsables de los servicios, jefes y coordinadores, sean especialistas y ese es el caso nuestro, gente dedicada exclusivamente a eso”.
Para el médico, la misma calidad de atención la recibe un paciente de PAMI como uno con prepago o un paciente particular: “No hay ningún tipo de diferencias en la atención”.

Verdadera importancia
En las noticias suele hablarse muy seguido del tema de las terapias intensivas, ya sea porque faltan o porque no alcanzan. Por eso, consultado acerca de la importancia que realmente tiene este servicio para la comunidad, el doctor Sierra respondió: “Hoy el avance tecnológico en todas las especialidades logra por ejemplo un aumento en la edad de la expectativa de vida, tenemos aparatología que permite cirugías en pacientes con muchas enfermedades que necesitan un soporte postoperatorio importante que no se puede hacer en un servicio que no disponga de Terapia Intensiva, por lo cual es fundamental en primer lugar para las áreas de apoyo quirúrgicas”.
“El otro aspecto más referente en cuanto al sector público es el manejo actual del politraumatizado, la sobrevida de estos pacientes accidentados es muy distinta a la de hace quince o veinte años atrás por el mejoramiento de las unidades de terapia intensiva y todo el apoyo tecnológico que se le puede brindar. Y hay que tener presente que un paciente que ingresa a la terapia tiene que ser un paciente con expectativa claras de recuperación y además que tenga una buena calidad de vida posterior. Es importante que eso se conozca, tener una razonable expectativa de vida para poder beneficiarse de los servicios que se le van a brindar en terapia intensiva”.