Honduras se convirtió en el quinto miembro del proyecto de integración económica y social que meses atrás iniciaron Venezuela y Cuba. Miles de personas, entre ellos militantes de diversas organizaciones sociales y populares, saludaron con optimismo el ingreso de su país a la Alternativa Bolivariana de las Américas (ALBA).
Durante el acto realizado en la ciudad capital de Tegucigalpa, el presidente Manuel Zelaya comunicó formalmente su intención de adherir al convenio que ya integran cinco países. Pese a que Zelaya pertenece al Partido Liberal (de tendencia conservadora), viene desarrollando una política de acercamiento a países del área que tienen gobiernos de izquierda, lo que le ha valido duras críticas y presiones de medios de comunicación y de funcionarios del gobierno de los Estados Unidos.
Dentro del país, el Consejo Hondureño de la Empresa Privada califica al ALBA como una alianza política “que conspira contra la libertad de comercio”. El presidente Zelaya, por su parte, afirmó que la decisión política del gobierno, busca mejores alternativas de solución para los problemas históricos del país”, y recuerda que las fórmulas que se ensayaron hasta ahora (neoliberales), no han servido para paliar el atraso y la miseria.
El mandatario acusó a los grupos privados que se le oponen de ser los culpables de la pobreza que afecta al 70% de los 7,5 millones de hondureños. «Somos suficientemente soberanos, herencia de nuestros mártires y por eso podemos decir al mundo que Honduras no tiene que pedir permiso a ningún imperialista para suscribir el ALBA».

Diferencias
Sin embargo dentro del Partido Liberal al que pertenece, varios dirigentes y parlamentarios se han manifestado en contra de la decisión presidencial. Sectores políticos de oposición, esgrimen como argumento el temor de que Estados Unidos pueda tomar represalias contra Honduras, como por ejemplo aumentar la deportación de ciudadanos hondureños que residen como inmigrantes, o no extender el Estatus de Protección Temporal, cuya prórroga habría que renovar en los próximos meses. Ese Estatus conocido por sus siglas en inglés (TPS), autoriza provisionalmente a trabajar en EE. UU. a aproximadamente unos 78.000 hondureños. Zelaya responde a este argumento: «Estados Unidos tiene que respetar nuestra libertad de asociación, nuestra libertad de integrarnos con Latinoamérica y de poder salir adelante».
En la reciente Cumbre de Petrocaribe, celebrada en Cuba, Honduras fue admitida en el pacto de cooperación energética, lo cual ya le permitió recibir tres embarques de petróleo venezolano por un total de 224.000 barriles. Con el ingreso de Honduras, pasan a ser seis los miembros plenos del ALBA, ya que hasta ahora formaban parte del acuerdo Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua y Dominica.

Por Carlos Iaquinandi, Agencia SERPAL, Servicio de Prensa Alternativa. www.serpal.info