El ministerio del interior guatemalteco confirmó la captura de Daniel Pérez, uno de los “capos” de la pandilla de sicarios “Los Zetas”, que operan al servicio del Cartel del Golfo, una de las más fuertes organizaciones narcotraficantes de México. Días antes los organismos de seguridad habían logrado incautar una tonelada de cocaína, y al parecer en esa operación surgieron indicios que permitieron localizar a Daniel Pérez, conocido con el alias de “Cachete” en un barrio de las afueras de la ciudad capital. Según informaron las autoridades guatemaltecas, Pérez y otros 4 miembros del grupo participaron en el enfrentamiento armado con otros traficantes en la frontera con México, en el que hubo 11 muertos. Daniel Pérez es un ex soldado de “grupos especiales” del ejército mejicano que fue entrenado en Estados Unidos. En los años 90 formó “los Zetas”, un grupo de sicarios vinculado con el Cártel del Golfo, mediante el reclutamiento de miembros o ex componentes de las fuerzas armadas de Guatemala. Por eso esta detención es un éxito inesperado del gobierno del socialdemócrata Alvaro Colom, ya que a pesar de sus compromisos de lucha contra la delincuencia, admite que la policía y otros organismos estatales están infiltrados por mandos que tienen vínculos con los narcos. Sin embargo algunos indicios como éste demuestran que su empeño empieza a dar algunos resultados positivos. Guatemala registra gravísimos sucesos en los últimos años que no han sido esclarecidos o cuyos responsables no han sido procesados. Estas circunstancias son una consecuencia de la impunidad de muchos militares y policías responsables de asesinatos y otros delitos durante los años de la represión interna que alejaron a las instituciones de sus verdaderos cometidos.

Por Carlos Iaquinandi, Agencia SERPAL, Servicio de Prensa Alternativa. www.serpal.info