No todos quedaron satisfechos por el acuerdo alcanzado en el Congreso boliviano para convocar el referéndum para que la Nueva Constitución Política del Estado sea aceptada o rechazada por los ciudadanos.
Los sectores más recalcitrantes de las logias formadas por empresarios y terratenientes en Santa Cruz de la Sierra recelan del acuerdo y se proponen hacer campaña contra la nueva carta magna. Por la izquierda hay quienes hablan de “claudicación y reprochan al gobierno haber admitido modificaciones importantes al proyecto original”.
Un repaso de ambos textos, el inicial y el finalmente aprobado, muestra efectivamente cambios significativos. Pero si se analizan las condiciones objetivas que rodeaban la confrontación en torno al proyecto, se puede deducir que Evo Morales consiguió un avance importante y abrió una brecha entre una oposición política que se vio obligada a respetar las reglas de juego de la democracia y los núcleos fascistoides que dirigen algunos de los prefectos que no están dispuestos a transar con cambio alguno que recorte ventajas y prebendas para determinados sectores económicos y sociales minoritarios. Algunos analistas consideran que el presidente logró una gran victoria sobre la derecha actuando con gran realismo político. Afirman que de haber aceptado los desafíos de la oposición, como la matanza de campesinos en Pando, se hubiera pasado a un enfrentamiento social frontal. Es posible que el gobierno hubiera resultado vencedor pero a costa de vidas y de una fractura difícil de reparar.

Fortalecer conquistas
Evo Morales prefirió consolidar los avances sociales y quitarle argumentos a los más conservadores que impulsaban acciones violentas como bloqueos, sabotajes y ocupaciones de oficinas públicas.
Entre los artículos que sufrieron modificaciones importantes está el del referéndum dirimitorio que fijará la extensión máxima -cinco o diez mil hectáreas- que podrá tener un latifundio. Como representante de los intereses de los terratenientes, la derecha consiguió añadir otro artículo por el cual se reconoce que los nuevos límites de la propiedad agraria no se aplicarán a los predios adquiridos con anterioridad a la nueva Constitución. En materia educativa, la presión de la jerarquía eclesial de Bolivia logró cambiar el artículo 86 que proclamaba “la libertad de conciencia y religión”, por la de “libertad de conciencia y de fe y de la enseñanza de religión”. Y en el siguiente, el art. 87, con respecto a la gestión de las unidades educativas del país consiguieron añadir “respetando el derecho de administración de entidades religiosas” sobre dichas unidades.
Evo también aceptó la posibilidad de tener un período de reelección. Pero el total de más de 400 artículos conforman un avance sustancial en derechos y equidad para la sociedad boliviana, y en especial para los indígenas y campesinos. Y hasta el 2014 Evo Morales tendrá posibilidades de obtener nuevos avances y cambios en el país que prometió refundar.

Por Carlos Iaquinandi, Agencia SERPAL, Servicio de Prensa Alternativa. www.serpal.info