Es la más joven de las bibliotecas populares de la ciudad. Tiene apenas 2 años y funciona en la Sociedad de Fomento del barrio Villa Duprat. Estela Golub es la presidenta de la comisión directiva que dirige la institución.
Ella nos cuenta cómo recuerda los comienzos de la biblioteca: “A fines del 2003 nos empezamos a juntar para ver cómo podíamos hacer realidad las ganas de tener una biblioteca. Ya en el 2004 formamos la comisión fundadora y este año tuvimos la primera elección formal”.
De esta forma se puso en marcha el proyecto que tanto necesitaban los vecinos de Duprat y alrededores, porque en esta entidad confluyen los lectores de los barrios cercanos, por caso, Mi Casita, Alternativa y Los Almendros.
“Nos costó mucho trabajo poder abrirla, como todas las bibliotecas populares de Bahía Blanca, pero estamos. Este espacio lo conseguimos en comodato por la Sociedad de Fomento”. El espacio al que hace referencia Estela es el ubicado dentro de la sede de la institución barrial, en Peñaloza 172, al 3400 de Zelarrayán.
Fue ella quien aconsejó al grupo inicial crear una institución propia, por fuera de la sociedad de fomento, para poder recibir los subsidios predeterminados a tal fin. Así tramitaron la personería jurídica, la de entidad de bien público, el apoyo de la Municipalidad y gestionan el apoyo provincial y nacional de parte de la CONABIP: “Estamos a punto de ser reconocidos, falta el paso de la vocalía, que es un simple trámite”.
Abrieron sus puertas el 6 de marzo de 2004. Comenzaron con donaciones de los vecinos y hoy ya cuentan en su haber con más de 3800 volúmenes.
Las personas que atienden la Biblioteca son parte de la comisión, dos de ellas estudian bibliotecología, y todo es parte de un trabajo en equipo.
Los servicios que brindan son el préstamo de libros, la ludoteca compuesta por más de 30 juegos de ingenio, para armar, lectura de diarios y periódicos y apoyo escolar, pero tienen un problema de espacio que limita los alcances de las prestaciones: “Este espacio es chico, la Sociedad de Fomento nos presta el salón de usos múltiples para la lectura, porque cuando los chicos vienen a la tarde este espacio no alcanza”, relata Estela.
También se dictan cursos, como el de telar mapuche a más de 20 mujeres una vez por mes, y junto con el oratorio que funciona en el barrio se proyectan películas para los chicos que asisten todos los sábados.
Los horarios de atención son de 9 hs. a 11 hs. y de 16 hs. a 18 hs. Los jueves comienzan a las 14 hs. por el curso de telar.
“Acá vienen chicos desde 3 años en adelante, y los mayores también vienen. La mayoría se lleva los libros a su casa y los chicos vienen a hacer los deberes. También vienen a jugar, muchos usan los juegos de ingenio o los rompecabezas”, afirma contenta Estela.
El proyecto más importante por el que trabajan a futuro es la concreción de la sede propia, para lo cual ya tienen el terreno que les cedió la comuna, ubicado en las calles Peñaloza y 2 de Abril.