El pueblo ecuatoriano aprobó por abrumadora mayoría la Nueva Constitución del Estado elaborada por la Asamblea Constituyente. Los resultados provisionales otorgan al “Sí” entre 65 y 67% de los votos. Los negativos no superan 26%.
En la tarde del domingo, ni bien se conocieron los resultados de las primeras encuestas a boca de urna, Rafael Correa afirmó: “Hoy el Ecuador ha decidido un nuevo país, las viejas estructuras han sido derrotadas”. Quizás la frase sea un tanto triunfalista, ya que si bien el resultado electoral no deja dudas, las viejas oligarquías locales, los partidos tradicionales como el Social Cristiano y la propia jerarquía eclesial -claros opositores en este proceso de cambio- no parecen dispuestos a facilitar el camino elegido por la mayoría de los ecuatorianos.
José Ignacio Vigil, destacado comunicador latinoamericano, me escribió desde Quito tras los primeros resultados y en su correo describía lo sucedido como una victoria del pueblo frente al miedo. Y añadía que desde la mayoría de los grandes medios privados de comunicación y desde el Episcopado se había intentado amedrentar a los ecuatorianos. Concluía que “el pueblo ha sido sabio. Ni el miedo religioso ni la sugestión mediática han valido. Dos de cada tres ecuatorianos y ecuatorianas han votado Sí”.

Transición
Ecuador entra ahora en un periodo de transición, donde el gobierno y las organizaciones sociales trabajarán en adaptar las leyes y las normas a los principios que fija la nueva Constitución. En el entorno de Correa hay funcionarios y personajes que posiblemente intenten “desde dentro” limitar los cambios. Pero no hay que olvidar que esta victoria electoral no es coyuntural ni casual. Es producto de una larga lucha de los movimientos sociales, del movimiento indígena, de los campesinos, de las mujeres organizadas. Y esos millones de ecuatorianos no están dispuestos a dejar el proceso transformador a mitad de camino, o librado a su suerte. Son artífices de la nueva constitución, posiblemente la más avanzada entre los países del área, y también son el motor natural de su desarrollo y aplicación.

Por Carlos Iaquinandi, Agencia SERPAL, Servicio de Prensa Alternativa. www.serpal.info