A dos meses de haber ganado las elecciones y a dos de asumir la presidencia de Paraguay, surgen dudas sobre el verdadero rumbo que seguirá el ex obispo Fernando Lugo vencedor en las elecciones del pasado abril. Su victoria fue celebrada por gran parte de la población como el comienzo de una nueva etapa en el país en la confianza de dejar atrás un período de más de 60 años de gobierno del partido Colorado, que incluyó la cruel dictadura del General Alfredo Stroessner (1954-1989). Pero las versiones sobre quienes podrían ocupar cargos relevantes en su gabinete, ensombrecen ese optimismo popular. La posible nominación de Luís Aníbal Schupp para el ministerio del interior -por ejemplo- ha sorprendido a propios y extraños dentro de la coalición. Schupp tiene antecedentes como represor y le imputan haber sido “hombre de Stroessner”. Estos anuncios y algunas declaraciones del propio Lugo, han llevado a miembros de la coalición integrada por varios partidos y movimientos sociales, a pedirle al presidente electo que dé a conocer quienes serán los ministros y colaboradores inmediatos de su gestión de gobierno. Algunos recuerdan que durante la campaña electoral Lugo apareció acompañado por el dr. Oscar Insfrán, segundo secretario en la embajada paraguaya de Washington cuando fueron asignados los torturadores y represores que Estados Unidos envió al Paraguay durante la dictadura de Stroessner. También hay quienes buscan entre los documentos del archivo del “Plan Cóndor” en Paraguay descubiertos por el dr. Martín Almada. Allí aparecen informes de la inteligencia militar que implican a distintos personajes que hoy aparecen como “luchadores antidictatoriales”, y que al parecer fueron informantes de los organismos represivos. Estos y otros datos que circulan en Paraguay, siembran recelos entre quienes esperaban el destierro de los métodos políticos arbitrarios, clientelistas y corruptos habituales en las administraciones “coloradas”. Los próximos días serán decisivos para resolver estas dudas, ya que Lugo se comprometió a definir su gabinete y sus primeras acciones “a comienzos de junio”. Por eso desde su propia coalición se le presiona para que no demore más el anuncio correspondiente. Lugo recibirá un país que tiene un gran atraso en infraestructuras básicas y una fuerte pobreza y marginación, en especial en zonas campesinas. Los últimos datos oficiales, difundidos en marzo pasado, revelan que la pobreza afecta al 42% de su población, unos seis millones de habitantes.

Por Carlos Iaquinandi, Agencia SERPAL, Servicio de Prensa Alternativa. www.serpal.info