El equipo de colaboradores del presidente ecuatoriano Rafael Correa ha sufrido esta semana una baja significativa con la renuncia de Alberto Acosta, ex ministro de energía y actual presidente de la Asamblea Constituyente. La sorpresiva decisión, fue adoptada por el economista y consejero presidencial por desavenencias con el movimiento gubernamental Alianza País sobre el calendario de trabajo de la Constituyente. Alianza y el propio presidente Correa no quieren prorrogar el plazo de cinco semanas que restan, tiempo que Acosta considera insuficiente para los debates necesarios. Pero además, Acosta que tiene una reconocida trayectoria de compromiso con los movimientos sociales e indígenas de su país, es partidario de mayores restricciones a la inversión extranjera que el propio Correa. El ministro coordinador de política interior dijo que es inamovible la fecha del 26 de julio para presentar la nueva constitución”. Al anunciar su decisión de renunciar ante la propia Asamblea, Acosta afirmó «prefiero seguir siendo fiel a mis principios aún cuando mi renuncia no pudiera ser adecuadamente comprendida». La ruptura de Acosta con el presidente Correa no es un simple distanciamiento. Por muchos sectores era considerado el más capacitado y comprometido de los hombres del gobierno de Alianza País y su alejamiento podría traer consigo imprevisibles derivaciones en un momento muy delicado del proceso de transformaciones políticas y sociales que vive Ecuador. La nueva constitución que deberá ser sometida a referéndum en setiembre.