El asesinato del vicepresidente del parlamento hondureño ensombrece las perspectivas de los comicios internos del gobernante Partido Liberal que deben realizarse dentro de una semana. El diputado Mario Fernando Hernández, de 41 años, que aspiraba a su reelección, fue baleado por un grupo de cuatro o cinco sicarios, que previamente persiguieron su coche y ametrallaron al conductor, el abogado Marcio Antonio Collier quien también resultó muerto. El atentado se cometió en San Pedro Sula, en el norte del país, donde se estima que residen grupos dedicados a diversas actividades ilícitas y que ocupan suntuosas viviendas en barrios residenciales.
Con estas víctimas, suman cuatro los políticos asesinados en una semana, todos ellos postulados a diversos cargos en las internas que deben definir candidatos a presidente, vice, alcaldes y diputados. El presidente Manuel Zelaya afirmó que el crimen no quedará impune, pero es posible que las tramas criminales superen una vez más la voluntad oficial. Zelaya afirmó que quienes cometen estos crímenes son sicarios, asesinos a sueldo, que siguen operando “porque en Honduras hay mucha impunidad”.

Un pasado demasiado reciente
Es cierto que el país fue en los años ‘70 y ‘80 una base de contrainsurgencia operada por militares norteamericanos, y que contó con el asesoramiento de inteligencia israelí, e incluso de militares que formaron parte de la represión durante la dictadura argentina. Desde aquí se operó en esos años contra el gobierno sandinista nicaragüense, y se enviaron pertrechos y asesores para la “contra”.
Se estima que menos del 5% de los imputados por crímenes llegan a juicio, el resto han quedado impunes. También preocupan los lazos del narcotráfico con estos grupos de crimen organizado, y hay indicios de infiltración en los organismos estatales y de seguridad. El presidente Zelaya, pese a provenir de un partido tradicional, imprimió a su gobierno un giro significativo al proponer y conseguir su adhesión al ALBA, la Alternativa Boliviariana para los Pueblos lanzada por Venezuela y al que adhieren también Cuba, Bolivia, Dominica y Nicaragua y dar énfasis a políticas sociales y de desarrollo independiente.
No se descarta que los autores intelectuales del asesinato de Mario Fernando Hernández formen parte de una trama implicada en desestabilizar el país. En el sepelio del diputado asesinado, el presidente Zelaya afirmó que los responsables son de San Pedro Sula y están promoviendo el crimen organizado. Dijo que dio órdenes “de que sean allanadas las viviendas que tengan que allanarse” y de “meter preso a quien corresponda, sin importar la corbata ni el capital que tengan”.

Por Carlos Iaquinandi, Agencia SERPAL, Servicio de Prensa Alternativa. www.serpal.info