Marcelo Ciccola recibió al director de EcoDias y en un diálogo franco no rehuyó a hablar de ninguno de los temas propuestos. Su visión de la coyuntura actual. Puntos a favor y en contra del gobierno nacional. La interna peronista entre duhaldismo y kirchnerismo. La Nueva Provincia, Germani y la visión del pasado. Intimidades del primer concejal oficialista.

Abogado, primer concejal por el oficialismo que responde al intendente Cristian Breitenstein, Marcelo Ciccola preside el Honorable Concejo Deliberante de la ciudad desde 2009. Por todo lo antedicho, un diálogo con él resulta sumamente interesante para adentrarse en la vida del cuerpo deliberativo y conocer las impresiones de su titular en áreas caras al sentir de la ciudadanía.
Con este objeto, el director de EcoDias, Pablo Bussetti, propuso un temario para la charla a la que se prestó Ciccola, que no dejó de abordar ninguno de los temas.
Como apertura, oportuno es conocer su visión acerca del trabajo del que debería encargarse el cuerpo. Aunque admite que “el mayor presentador de proyectos en el Concejo Deliberante es el intendente municipal”, Ciccola enumera entre las actividades que prefiere destacar aquellas que impliquen políticas que “escapan a lo normal del Concejo Deliberante y que han sido llevadas adelante por un conjunto de concejales de diferentes bloques, que representan a diferentes líneas políticas pero que tienen un sentido común en la solución de problemas de los vecinos”.
Durante la enumeración de las políticas a considerar, el concejal oficialista enunció a “las actividades que tenemos en los barrios”. Pero, en rigor, cuando debió referirse concretamente a ellas, sólo hizo puntual hincapié en el consabido tema de “las políticas de seguridad que permitan a los vecinos vivir más tranquilos”.

Ver o no ver
Consultado sobre la visión de ciudad que mantiene la presidencia del HCD bahiense, Ciccola negó que exista tal perspectiva en forma institucional, limitando el rol del cuerpo al acompañamiento o rechazo de los proyectos elaborados por “la persona a la cual votó la comunidad, el intendente municipal. Y es él quien hace las políticas de cómo va a avanzar la comunidad de Bahía Blanca”.
“O sea, no hay una facultad o una visión del Concejo Deliberante en una política de ciudad. Sí te puedo decir qué es lo que me parece a mí o qué es lo que entiendo yo como una política, o qué es lo que quiero y cómo hemos trabajado desde el Concejo Deliberante en diferentes políticas”, diferenció.
“Lo que veo es un cambio, o por lo menos hemos tratado de lograrlo en políticas sociales que tiendan a la unión de concejales de diferentes bloques políticos y de aquellos que se quieran sumar para la solución de problemas concretos que cada uno de nosotros ve cuando está en el barrio o recorre la ciudad, determinadas necesidades que por ahí el Departamento Ejecutivo no las puede solventar, y necesita el apoyo nuestro”, marcó.

Los miedos y los medios
Cuando se le preguntó por la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, no mencionada por él como acierto o error de la actual gestión de la Casa Rosada, el titular del HCD opinó que “una política que vaya en contra de los monopolios o de los que los han manejado siempre en el país, es la política correcta”.
No obstante, negó que el diario naval La Nueva Provincia, propiedad de Vicente Massot, represente un ejemplo local de monopolio mediático, porque “lo veo como una alternativa y pienso que la libertad de comunicación que tiene nuestro país y que tiene nuestra ciudad es muy amplia”. Además, descartó que el matutino regule el mercado, citando la reciente aparición de un suplemento de 8 páginas anexo del diario Crónica capitalino. Sin embargo, la realidad es que salvo estos proyectos nacientes y la sustentación en el tiempo de EcoDias, ningún medio impreso logró mantenerse en el tiempo. Como contrapartida, los capitales que manejan La Nueva Provincia anexaron nuevas propiedades a su conjunto.
En cuanto al rol que el diario cumplió durante la dictadura, por el que también se lo consultó, Ciccola prefirió evadir hacia adelante, como si hubiera nacido ayer. Luego de pretender soslayar que no entendía en la temática, manifestó que “lo que tenemos que hacer nosotros desde la gestión es una visión de futuro. Si cuestionamos el futuro mirando el pasado, seguimos manteniendo el pasado presente y me parece que tenemos que tener una mirada direccionada hacia el futuro y esa es la que va a generar los cambios”. En ese sentido, intentó trazar un paralelo respecto a las políticas impulsadas por el gobierno nacional y propuso “mirar al país con un futuro que va a estar lejos de ser un monopolio”.
Respecto al ostensible miedo que genera en la clase política local la repercusión que cada acción oficial obtenga del matutino de Massot, afirmó que “yo no soy un ejemplo de eso. No he sido beneficiado por el diario en muchas oportunidades. Me podría sentir agredido por las manifestaciones que tu diario ha tenido en cuanto a mi persona, y sin embargo pienso que es la opinión de cada uno y la respeto”.
Ahora bien, la pauta publicitaria del HCD es liderada por el diario centenario por encima de cualquier otro medio gráfico.

¿Todos iguales?
El antedespacho del intendente municipal está poblado de cuadros que retratan a todos aquellos que ejercieron el control del Ejecutivo bahiense. No sólo de los que fueron ungidos por las urnas, sino también de los comisionados por las sucesivas dictaduras, incluida la conocida como “Proceso de la Reorganización Nacional”, que desplegó sobre la sociedad argentina una violencia sin precedentes y, también en el plano local, se tradujo en desaparecidos, torturados, asesinados y proscriptos.
Ante esta situación, la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) de la ciudad presentó un proyecto al HCD mediante el cual se disponía el retiro de las fotografías de los mandamases designados por los dictadores militares. Tras más de dos años, el pedido de la APDH aún no ha surtido más efecto que el retraso.
Acerca de este punto, el presidente del cuerpo deliberativo optó por otra interpretación, opinando que los comisionados “han tenido una función y me parece que lo que tenemos que hacer es desde el punto de vista de la función criticar o ponderar lo que han hecho por Bahía Blanca cada una de las personas que han tenido el gobierno de la ciudad”. En esa línea, consideró que “no soy yo el que tiene que decidir si hay que bajarlos o no. Me parece que tiene que salir desde el Concejo, si entiende que no corresponde que estén las fotos”.
Esta repuesta motivó una repregunta del entrevistador, quien inquirió por los motivos de la evidente contradicción: unos minutos antes, Ciccola había ponderado la integración latinoamericana, que incluyó recientemente medidas concretas en contra de cualquier intento de desestabilización de la democracia. “En ningún momento dije si era bueno o malo. Me parece que la historia juzgará lo que han hecho, como se está juzgando. Si esta política internacional determina este comportamiento de los países limítrofes de conservar la democracia me parece fundamental. Ahora, no puedo juzgar lo que pasó porque yo pienso que la historia ya está contada. Me parece que la visión que tiene la presidenta de aquí en adelante es cómo vemos, cómo legislamos hacia el futuro”, contestó. Con esta voluntad política, el pedido de la APDH seguirá esperando lánguidamente por el voto afirmativo de la comisión en que mora, para poder ser tratado en el recinto.
Idéntica fue la explicación para la situación del Juez de Faltas municipal Ricardo Germani, quien fue revelado como agente secreto de los servicios de inteligencia a cargo del Batallón 601 del Ejército Argentino luego de firmado el decreto presidencial 4/2010, que ordenada relevar del carácter clasificado los archivos de las Fuerzas Armadas en el período 1976- 1983. La suspensión o ratificación de Germani “son decisiones que debe tomar el cuerpo en su conjunto. Desde aquí se han pedido informes, y está dentro de las comisiones para ser evaluados”, explicó el titular del HCD.

¿Nacionales y populares?
Extraño resultó cuando, consultado por los puntos a favor y en contra del actual gobierno nacional, Ciccola no enumeró ni en debe ni en haber a aquellas temáticas que forman parte del cuerpo de medidas más progresistas impulsadas por la presidenta Cristina Fernández. Por caso, no se refirió puntualmente a la estatización de las AFJP, la Ley de Medios, el Fútbol para Todos o el matrimonio igualitario.
Sí se encargó, en cambio, de poner el acento en “lo que ha hecho el gobierno con la justicia social, la distribución de la riqueza, y políticas que tiendan a dar un mejor nivel de vida a aquellos que menos tienen, para equiparar las clases sociales”. Además, elogió la salida del Fondo Monetario Internacional y la unión regional con otros países de Latinoamérica.
En cuanto a los errores que podía enumerar en lo actuado por el gobierno nacional,  Ciccola optó por hablar de los subsidios al sector del agro. “No se tienen que traducir en subsidios económicos, sino en políticas concretas”, afirmó para luego dar pie al lugar común de que nuestro país es el “granero del mundo”. La contradicción de modelos se evidencia. El 10 de agosto pasado, la presidenta Cristina Fernández abogó para que los productos del agro sean cargados de valor agregado y el país “sea la góndola y no el granero del mundo”.

¿Duhalde o Kirchner?
La interna del Partido Justicialista también fue uno de los puntos tratados durante el reportaje con el concejal oficialista Ciccola. Particularmente, la consulta de este medio se centró en la elección entre el modelo duhaldista de concentración de poder y administración de recursos, y el kirchnerista, con una distribución progresiva de la riqueza y una preocupación creciente por los derechos humanos y la finalización de los monopolios.
“Yo brego por la unidad del peronismo. Los egoísmos políticos son un error que no llevan a nada. Pienso que la unidad del peronismo es la que va a hacer fuerte al partido. Es lo que siempre quiso Perón”, contestó sin responder la pregunta que titula este recuadro.
“La política la tenemos que cambiar nosotros desde lo bajo, desde el Concejo Deliberante, donde contamos con diferentes bloques en una dirección común, es lo que hace que empiece a verse lo político de otra manera: sin egoísmo, sin rencores, sino que a la hora de fijar políticas sociales todo el Concejo está abocado a esa solución. Y cuando tenemos que discutir cómo llevamos adelante esa política, ahí es cuando buscamos los consensos”, explicó.