Al grave deterioro de la situación socioeconómica en México por efectos de la crisis económica capitalista, se suma la creciente actividad criminal de los grupos vinculados con el narcotráfico. La reciente visita al Distrito Federal de Hillary Clinton, secretaria de estado norteamericana, y sus reuniones con el presidente Felipe Calderón, hicieron percibir la posibilidad de una acción más coordinada entre ambos gobiernos. Pero antes de iniciar su viaje a Londres para participar de la reunión del G-20, Calderón se apresuró a rechazar la posibilidad de realizar patrullajes conjuntos con fuerzas norteamericanas para controlar actividades de los “narcos”.
Obama había calificado la situación mejicana como “fuera de control” y la crisis provocada por el tráfico de droga en el sur de Estados Unidos, como “una calle de doble vía”, alimentada por la demanda norteamericana de los estupefacientes, y la disponibilidad de armas. El presidente mejicano, ante preguntas de los periodistas, admitió que su país y la potencia del norte deben trabajar juntos en este tema, pero eso -dijo- no implica la participación conjunta de operativos de carácter militar. Remarcó que puede haber cooperación en temas de inteligencia y seguridad, pero “cada país es responsable de su propio territorio”.
Felipe Calderón también precisó que “lo que ocurre en México, por supuesto que tiene que ver con el hecho de que nuestra frontera es la frontera con el mercado de drogas más grande del mundo y con el principal productor y vendedor de armas del mundo”. Lo cierto es que a pesar del empleo de fuerzas militares y de reforzar los mecanismos de seguridad, determinadas regiones mexicanas parecen “zonas liberadas” para la operación de los “narcos”, que no sólo avanzan en su control territorial, sino que realizan matanzas y “ajustes de cuentas” entre bandas rivales con total impunidad.
El progresivo deterioro de la situación fue confirmado por el escritor y periodista italiano Roberto Saviano, autor del texto documental “Gomorra” que luego fue llevado al cine y que le obligó a vivir protegido de la mafia. Dice Saviano que México e Italia “son el futuro del narcotráfico en el mundo”. Y añade que en ambos países no se le había dado importancia, porque siempre se pensaba que Colombia era el número uno. Saviano opina que el gobierno mexicano inició muy tarde el combate al narcotráfico, y estima que la trama criminal ya tiene estructuras de poder más grandes y estables que las propias instituciones del Estado y considera que será difícil eliminar a los “narcos”, aún empleando el ejército y teniendo el apoyo de la agencia antidrogas norteamericana.

Por Carlos Iaquinandi, Agencia SERPAL, Servicio de Prensa Alternativa. www.serpal.info