BRASIL
Lula, a pesar de todo

A pesar de los escándalos por corrupción que salpicaron su primer
gobierno, las encuestas indican que “Lula” da Silva no tendrá dificultades
para ser reelecto en los comicios presidenciales del primero de octubre.
Las sucesivas crisis se fueron cobrando “víctimas” entre destacados
dirigentes del Partido de los Trabajadores, pero la oposición nunca
consiguió señalar una clara implicación de “Lula” en los manejos
irregulares. Las primeras denuncias estuvieron relacionadas con la
financiación ilegal de su propio partido, y ya entonces tuvieron que
alejarse algunos de sus más próximos colaboradores que saltaron como
“fusibles” para no quemar toda la estructura del gobierno.
En aquellos primeros acontecimientos, no pocos presagiaron que el
derrumbe de Lula era cuestión de meses. Pero la sobrevida política del ex
obrero metalúrgico y líder sindicalista, ha superado todos los cálculos.
Llegará a la confrontación electoral con amplia ventaja en las encuestas
sobre su más inmediato rival, Geraldo Alckim, del partido Social Demócrata,
al que pertenecía el predecesor de Lula, Fernando Henrique Cardoso.
El último escándalo estalló hace pocos días, en plena campaña. Las
nuevas acusaciones imputan al Partido de los Trabajadores la intención de
pagar por un informe falso que implica en presuntos actos de corrupción a
candidatos del opositor Partido Social Demócrata. «La sociedad tiene que
decir basta», declaró Geraldo Alckmin, el principal adversario electoral de
Lula y candidato del PSDB, quien afirmó que «desde que llegó al poder, el
PT está en el submundo del crimen».
Desde la izquierda, la candidata marxista Heloísa Helena Lima hizo una
asociación similar y dijo que «el PT se está convirtiendo en una
organización criminal capaz de cualquier cosa, con tal de liquidar a quien
se oponga a su proyecto de poder». Pero a pesar de las arremetidas de la
oposición, el suceso pareció saldarse con la renuncia de Fred Godoy,
funcionario de seguridad del Palacio Presidencial de Planalto, y Lula sigue
encabezando las encuestas. Alckmin lo sigue con una intención de voto que
oscila entre el 28 y el 32%. El tercer lugar, lo ocupa Heloísa Helena, del
Partido Socialismo y Libertad, conformado por disidentes del PT que se
apartaron del histórico tronco partidario cuando se produjeron los primeros
escándalos por corrupción. Podría conseguir aproximadamente un 10% de los
votos, aunque a priori parece una estimación elevada para un partido nuevo.

Los pobres son mayoría
La ventaja que tiene Alckim en la preferencia de voto de los sectores
de renta alta, donde supera el 52%, se diluye al contabilizar la opción que
prevalece entre la población empobrecida, claramente partidaria de la
reelección de Lula. Entre los niveles medios de la sociedad, Lula también
tiene una ventaja de 5 a 6 puntos sobre su rival. Geográficamente se
obtiene un mapa con similares connotaciones según los niveles económicos.
Mientras en las regiones del sur de Brasil hay un virtual empate entre
los principales candidatos, Lula tiene ventaja en el Norte y Centro oeste.
En el Nordeste brasileño, la zona más pobre, podría obtener el 70% de los
votos. La explicación a estos posibles apoyos, hay que buscarla en los
planes sociales, que aunque no llegaron a los niveles prometidos en la
campaña preelectoral, han significado un alivio a importantes sectores de
la población. Las cifras macroeconómicas provocan también confianza en los
círculos empresarios, cuyo recelo inicial fue desapareciendo al comprobar
que en política económica, Lula no se alejó de las líneas de su antecesor.
La senadora y ex dirigente del PT Heloísa Helena, se ha convertido en
la más incómoda adversaria de Lula, a pesar de la modestia de su reciente
frente electoral. Tiene 44 años y proviene del nordestino estado de
Alagoas. No le gusta medir sus palabras y no ha dudado en calificar de
“gángster” al actual presidente y de “parásitos internacionales” a los
funcionarios del F.M.I. Helena sentenció que “el PT ya no es un partido de
izquierdas”.
 
VENEZUELA
La oposición unida
En Venezuela, las presidenciales también están en el horizonte, aunque
más distantes que en Brasil. Se realizarán el próximo 3 de diciembre.
Esta vez los comicios contarán con un elemento nuevo: la oposición al
gobierno bolivariano de Hugo Chávez que en las anteriores elecciones
aparecía disgregada y desorientada, ha conseguido unificar fuerzas en torno
a la candidatura del gobernador del estado de Zulia, Manuel Rosales. Salvo
expresiones políticas muy minoritarias, los grandes partidos tradicionales
y los diversos sectores que se oponen al gobierno de Chávez, han cerrado
filas en torno al “candidato único”.
El comandante venezolano fue elegido presidente con el 56% de los votos
el 6 de diciembre de 1998. Al año siguiente y tras la aprobación de la
nueva constitución bolivariana, también refrendada en las urnas, surgió un
nuevo proceso electoral, que en el año 2000 convalidó nuevamente a Chávez,
esta vez con el 60% de los sufragios emitidos.
Constitucionalmente, el presidente aspira a ser reelecto en los
comicios de diciembre próximo. Durante su gestión, Chávez ha sufrido varios
intentos de la oposición para derrocarlo, incluso a través de caminos
violentos, como fue el intento de golpe militar, fallido en abril del 2001,
o una huelga general sostenida por el sector patronal. También se acumulan
asesinatos políticos, como el atentado con bomba que despedazó al fiscal
general Danilo Anderson.
Anderson investigaba precisamente las vinculaciones de empresarios,
dueños de medios de comunicación y sectores de la jerarquía eclesial en el
fallido golpe militar del 2001. La polarización electoral permitirá medir
las posibilidades de Chávez para consolidar el proceso bolivariano, que
plantea un eje antiimperialista enfrentado al gobierno norteamericano, y
que en los últimos meses ha crecido a nivel internacional. Sus fraternales
lazos con la Revolución Cubana, sus críticas a la globalización dirigida
por los grandes poderes económicos, su abierta condena de los ataques
militares de Israel contra Palestina y El Líbano, y recientemente su claro
acercamiento a Irán, le otorgan un liderazgo entre sectores populares, no
sólo en Venezuela, sino en muchos países del mundo.
Dos empresas encuestadoras ligadas a la oposición, Ivad y Datanálisis,
revelan que por el momento, las consultas indican que Chávez puede ganar
nuevamente en diciembre, incluso sobrepasando el 50% de los votos.