El joven fiscal guatemalteco Juan Carlos Martínez, de 34 años, fue asesinado por varios disparos cuando conducía su auto en un barrio de la capital. Martínez era el fiscal encargado de investigar los asesinatos de tres diputados salvadoreños del Parlamento Centroamericano ocurridos en el año 2007. Pocos días más tarde del múltiple crimen, se pudo determinar por el GPS de un vehículo policial, que oficiales y mandos de la policía guatemalteca habían sido los autores del secuestro primero y ejecución después de los parlamentarios salvadoreños que viajaban a Guatemala para participar de una reunión. Se constató que los policías habían interceptado el vehículo de los diputados, habían buscado algo en su interior -que al parecen no encontraron- y finalmente balearon a los ocupantes e incendiaron el automóvil. En aquel momento se dijo que posiblemente los policías buscaban apropiarse de un alijo de droga que supuestamente llevaban consigo los diputados. Entre los detenidos estaba Luis Arturo Herrera, Jefe de la sección Crimen Organizado de la Dirección de Investigación Criminal de la policía guatemalteca. Herrera y otros tres mandos fueron apresados y llevados a la cárcel de máxima seguridad de “El Boquerón”. Allí, pocos días mas tarde, un comando de varias personas penetró en la prisión, asesinó a los policías detenidos y consiguió fugar. Esta segunda matanza, eliminó a los ejecutores del primer crimen, y dispersó las pistas. El fiscal ahora asesinado investigaba la posible responsabilidad de una banda de narcotraficantes y policías en esos y otros crímenes ocurridos en Guatemala. Su muerte violenta tiene el sello mafioso de advertencia para asegurar la impunidad de la banda criminal.

Por Carlos Iaquinandi, Agencia SERPAL, Servicio de Prensa Alternativa. www.serpal.info