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A fumar al patio

Ya pasaron 45 días de la implementación de la última etapa de la ordenanza municipal 14.254 que en  Bahía Blanca implementa el programa “Ambiente libres de humo de tabaco”.

Para conocer cómo es el cumplimiento de esta ordenanza, que significó un cambio cultural en los asiduos concurrentes a lugares de esparcimiento nocturno, entrevistamos al dr. Antonio Di Giglio, director de Gestión y Programas de la Secretaria de Salud comunal.
Según el funcionario la ordenanza se cumplió hasta el 15 de octubre pasado en un 91% teniendo en cuenta el trabajo de fiscalización de los inspectores de la Secretaría.
Durante la primera quincena después de la implementación de la última etapa, hubo un 83 % de acatamiento, mientras que para la segunda quincena subió al 89%.
“Estamos satisfechos porque la ciudadanía en general respondió muy bien, hay una conciencia de que el humo de tabaco hace daño, para el que lo fuma y el que no. Creo que así se ha manifestado, y contamos con el compromiso y la responsabilidad de los auditores generales que somos todos”, comentó Di Giglio.

Inspección y control
“La etapa más candente fue la de los bares, restaurantes, cabarets, salas de entretenimientos y fiestas. Nosotros desde la Secretaría hicimos una gran campaña de sensibilización, concientización y educación desde que empezó la ordenanza. Incluso iniciamos talleres de capacitación empezando por nuestros funcionarios desde los de la primera línea hasta los inspectores que tenían que internalizar y hacer propia esta ordenanza desde sus propias actividades, porque desde los inspectores de Medio Ambiente, hasta los de Salud y Habilitaciones colaboran en la inspección de esta ordenanza durante el día y junto a su tarea habitual”.
Puntualmente la inspección nocturna, en el caso de los bares, boliches y restaurantes, son los mismos dueños los principales auditores, aunque dos inspectores recorren los locales nocturnos y corroboran el cumplimiento de la norma.
“El inspector recorre el local y si encuentra a un transeúnte (cliente del local) fumando le pide que lo apague y todos cumplen. La ordenanza dice que el dueño del local debe exponer un cartel de prohibido fumar y quitar ceniceros. Si no cumple recibe una pena de 10 a 15 módulos (cada módulo representa el 2% del haber básico de un municipal, alrededor de $ 20). En caso de que a pesar de los carteles, el dueño del local permite que se fume dentro del espacio cerrado, la pena asciende hasta 30 módulos y en caso de reincidencia se puede llegar a clausurar”
Algunos casos se eximen o atenúan cuando el propietario cumplió con su deber y aun así los transeúntes no cumplen la regla.
“Estamos sorprendidos por el cumplimiento de la ordenanza, si hay alguno fumando los inspectores les dicen que no lo pueden hacer, les explican por qué y los apagan sin problemas, incluso algunas discos tienen patios al aire libre donde se puede fumar sin problemas”

Salas de juego y cabarets
Otros espacios donde se esperaban más inconvenientes fueron las salas de juegos y cabarets. Con respecto a las primeras -según Di Giglio- el acatamiento fue total e incluyó un aplauso el 1 de setiembre a las 0 hs.
En el caso de cabarets, las cifras de las estadísticas contemplan varios clubes nocturnos y cabarets de Ingeniero White y tuvieron un resultado negativo porque el cumplimento era malo: “Aunque nos comentaron -yo no sé porque no fui ahí-, pero los inspectores nos comentaron que algunos locales están pensando en habilitar patios para que las chicas puedan hacer la compañía en los patios y los clientes puedan fumar”.

Progresión
Como ya se dio a conocer, los avances que tuvo la ordenanza fueron progresivos. La primera etapa que comenzó el 1 de abril de este año prohibía fumar en edificios públicos y privados, bancos, centros culturales, salas de lectura y exposición, bibliotecas y museos, establecimientos de educación y salud, estaciones de servicios, salas de espera, supermercados, terminales de transportes y clubes deportivos y sociales.
El 1 de junio, la ordenanza se extendió a hoteles, centros de convenciones, oficinas y locales de atención al público, kioscos, rotiserías, heladerías y todo tipo de local de elaboración, transformación y venta de alimentos.
La última etapa, que comenzó el 1 de setiembre, fue la más resistida y es la que más control requiere ya que se trata de boliches, restaurantes, comedores, cantinas, bares, confiterías, salones de fiestas, boites y cabarets, y salas de juegos.

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2007-10-20 00:00:00
Etiquetas: Bahía Blanca.
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